viernes, junio 30, 2006

Parpadeos, de Eloy Tizón.


Hace no demasiado ya contaba por aquí el vuelco que supuso para mí Velocidad de los jardines, de Eloy Tizón.

Termino ahora el nuevo libro de relatos de Tizón (después de 14 años y con varias novelas intermedias), Parpadeos, y sé que no lo terminaré nunca, que volveré a sus páginas, que lo compraré de nuevo porque regalaré mi ejemplar, que tendré que recurrir a él cuando, revisando algún poema, me dé cuenta que esa imagen que lo sustentaba no era mía, claro, normal, sino de Tizón.

En los relatos de Tizón se ríe y se llora, se comprenden muchas cosas y, sobre todo, se siente envidia de Tizón, de su prosa, de su forma de componer, de su sensibilidad, de su forma de mirar.

¿ Acaso puede leerse en muchos libros algo parecido a este milagro?:

" Lector: quienquiera que seas. Ya tengas el aspecto benefactor de un erudito sonrosado o las piernas imperiales de una cantante de tangos. Seas un maleante holgazán en proceso de regeneración o una secreta eminencia en materia de cultivos infecciosos, inclinado al microscopio. Sea cual sea tu trauma y la manera equivocada en que enfocas tu relación amorosa, no importa, confía en aquello autores trasnochados que son más listos que tú y que por algo son clásicos: no desfallezcas. No olvides que tu padre es Adán y tu madre es una bomba. La misma crisis pende por igual para todos. Europa es un lugar muy duro para vivir. Grupos de encapuchados armados deambulan toda la noche, todas las noches, quemando libros y seres vivos con gasolina de Hitler. La guerra no ha hecho más que empezar. Se está librando ahí fuera una batalla por el control del futuro y el bando de los torturadores triunfa en los principales frentes. La cola del desempleo da dos veces la vuelta a la manzana dibujando en su recorrido una soga con la que ahorcarse. Europa ha muerto y en su lugar prolifera un arsenal de plutonio. Se ha secado Venecia. El Tirol es un campo de tiro. Sobre las ruinas del Cabaret Voltaire han abierto un karaoke"

¿O un comienzo de relato con esta fuerza?

"Oh dulce, dulce, dulce tía de provincias, de visillos siempre echados y primores de aguja, de confiterías cerca de soportales y sobrinos misioneros en Africa, oh tía, con sus misas parroquiales y su planchado de enaguas, balcones a una plaza mayor donde hay conventos y niños vestidos de primera comunión, y en niños y conventos brilla por igual, mesa camilla, poco comer, mucho sufrir, el pie pequeño de la viudez y la fotografía enmarcada de un marido tesorero en una fábrica de estuches de porcelana, cuarenta años de abnegado matrimonio con el tío Roque, ese señor, oh tía, siempre en domingo, tan diminuta, hacendosa, medalla al mérito, fruta escarchada, armarios ordenados y arroz con leche."

En los relatos de Parpadeos llora un pájaro, hay un pez volador en el Manzanares, un inspector de equipajes descubre en un registro que su mujer le engaña, un león habita en un descansillo, dos hermanos esperan a su madre haciendo hoyos, alguien que no recuerda escribe a su mujer, otro hace agujeros, un astronauta (Mr. Spock) cuenta su vida, una tía de provincias teme al mercurio de los termómetros, un robot se revela contra la muerte, Heidi vive, muchos años después, en el extrarradio y es auxiliar administrativa, el propio Tizón nos habla de un fantasma cerca del Retiro.

Podéis encontrar dos reseñas magníficas sobre Parpadeos en el blog del Lector Ileso y en el blog que lector ileso tiene en 20 minutos, Bobpop.

3 comentarios:

  1. suena a lo que me va a gustar, en cuanto llegue a España lo busco.

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  2. No deje de buscar Velocidad de los Jardines, también en Anagrama, que seguramente le gustará más. Saludos.

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  3. Uno de esos narradores que no puedo dejar de no querer localizar.

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