Una de las mayores sorpresas de Hank over es descubrir a Safrika (Valencia.1976), aunque realmente la descubrí en el blog de Ana Pérez Cañamares (por cierto, Ana, todavía -no me mates- no te he mandado el libro; lo haré pronto y no me olvido :): enlace.
Me parece una de las voces más originales y poderosas de los poetas jóvenes que voy leyendo. Tiene una forma de ir encandenando los versos, casi sin puntuar, que me ha entusiasmado, y que hace del poema una especie de camino, donde escuchamos al que va a nuestro lado, hablando en voz baja (como habla siempre la buena poesía). Además, de corte realista, tiene un registro natural, conversacional, realmente apasionante.
Safrika, además, perpetra un blog: Balas bajo los párpados, que seguiré, claro. En Las afinidades electivas se puede leer una poética (enlace) y en Hank over otro soberbio poema (enlace). Además, en Pon a dormir al lenguaje teneis una entrevista (enlace).
Yo sé de qué va esto, vaya
Lo fácil es engañarse y pensar que todo
seguirá siendo siempre igual o que incluso mejorará...
Que esos pequeños trofeos que tenemos
encontrarán una cajita preciosa donde guarecerse del polvo.
Pero cariño tú sabes que
las cosas no vuelan desde las ventanas hasta el suelo
algunas caen como plumas otras parecen pesados sacos
y caen en línea recta o al menos eso parece desde la ventana.
A nosotros
de pequeños
nos gustaba tirar globos de agua desde el séptimo
pero aquellos cabrones de enfrente nos superaban
arrojando su propia mierda a aquel vacío inmenso
que era la calle.
La conclusión es que después de eso
de sentirte un rey arrojando cosas desde lo más alto
y de sentirte independiente subido en tu bicicleta camino
a ninguna parte
después de eso sólo se puede ir
cuesta abajo.
Y lo mismo pasa con cada día que perecemos juntos
mirando sorprendidos
la pequeñez abstracta de una fantasía ridícula
la muestra singular de un pequeño trozo de vida
que pareció real que pareció "lo que tenía que ser".
No quiero romperlo todo y decir que
algo se ha perdido,
sencillamente quería reflejar lo efímero de
la calidez, del orgullo, de las manos que no se cansan,
del murmullo infatigable de una conversación.
Es lo mismo que el pensamiento aquel de que
el amor había de durar como mucho
dos años.
Con eso también quise creer que me equivocaba.
Fue duro, supongo.
Un día abrirse así.
De golpe.
Hace un año: Tormentas
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Sí yo también la conozco por Ana, y no puedo estar más de acuerdo con lo que dices (por una vez y sin que sirva de precednete je, je, je)
ResponderEliminarUn beso, Miriam G.
Yo no lo conocía (como es normal ya, claro), pero me gusta mucho este poema, a ver si estos días tengo tiempo y le echo vistazo a los enlaces que pones, aunque tengo una lista interminable para hacer en 3 días y al final solo dormiré y veré a Calamaro. Un beso. Cuti
ResponderEliminarMuchas gracias por estas palabras, Enrique. Pero que mil, te has ganado un poemario gratis para septiembre de este año!!! jejeje en serio.
ResponderEliminar:)
gracias, besos varios
safrika
única sí, excepción que confirma la regla del parnaso
ResponderEliminarexcelente poeta-mejor persona, Safrika Señorita,
aplausos merecidos
PILLS (Fácil) en octubre en las librerías...y a gozar
Enrique, cómo me alegra que te guste Safrika.
ResponderEliminarY si no te mato del abrazo que te voy a dar el día que te conozca, es que no te mato de ninguna manera ni por motivo alguno.