miércoles, junio 11, 2008

Un poema de Aurelio González Ovies


Al igual que con el poema de anteayer de Parreño, tengo devoción por los dos poemas con los que arranca La hora de las gaviotas (Fundación Juan Ramón Jiménez, 1992), de Aurelio González Ovies (Bañugues, Asturias. 1964). Caye, en su día, puso un poema en asturiano que también me volvió loco (enlace). Pongo el segundo de ese libro. A disfrutar. (Querido Aurelio, espero con ilusión el día en que tomemos ese vino pendiente. Un abrazo muy fuerte)

Yo también masticaba la cal de las paredes
en las tardes de agosto
y creía que sólo se moría en invierno
y no entendía por qué cada vuelta del mundo envejecía a mi madre.
Estuve enamorado de una araña grandísima que vivía en una grieta
de la puerta
y hacía competiciones de gusanos.
El cielo me parecía una carpa gigante
y cuando vi pasar los primeros aviones los ojos se me abrieron
como dos libertades.
Mi padre me enseñó a comprender el viento,
a predecir la lluvia en la piel de los árboles
y por eso he tenido siempre miedo en el futuro.
De pequeño, además, yo quería ser gitano
para tener un burro, entre otras muchas cosas,
y caminar descalzo.
Pero la vida nunca acepta nuestros ruegos
y me gustó el latín no sé por qué motivo
y aquí estoy enseñando lo que a veces no entiedo.
¿Qué voy a decir yo de la palabra hombre?,
¿cómo puedo explicar que para que haya historia
hubo que desde siempre ir matando o muriendo?
Conseguí ser mayor y me quité esos vicios a pesar de mí mismo:
y me conformo y callo y voy tirando
y echo de menos mucho la araña de la grieta
y el olor de la cal me es como de familia.
Aprendí, como todos, a amar lo que no amo,
y a hacer, según la norma, lo que todos hacían.

Hace un año: Un poema de Seamus Heaney

Technorati tags:

Blogalaxia tags:

9 comentarios:

  1. Anónimo8:15 a. m.

    Triste. Bello y amargamente cierto.

    ResponderEliminar
  2. Estoy con Olvido. Pero no tenemos porque resignarnos.

    Un beso, Miriam G.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo8:40 a. m.

    La misma existencia del poema rebate los dos últimos versos, para alivio de todos :)
    Un beso. M.

    ResponderEliminar
  4. Anónimo10:15 a. m.

    M, es justo lo que he pensado cuando lo he leído, pero tu lo has expresado mucho mejor. El poema precioso. Un beso. Cuti

    ResponderEliminar
  5. Anónimo2:37 p. m.

    no tiene nada que ver con el poema, pero de donde diablos sacas el tiempo para escribir, leer, escuchar música, visitar otros blogs, contestar, trabajar, sacar el perro,.... necesito clases particulares para organizar mi mundo. en cualquier caso, gracias por la información. eres un máquina. un beso. primo césar desde graná. pd soy un fan de tu blog.

    ResponderEliminar
  6. Qué bonito... yo también echo de menos a la araña de debajo de mi cama...
    Un supersaludo

    ResponderEliminar
  7. Anónimo5:48 p. m.

    Pues te dejo una página donde encontrarás otros dos poemas inéditos de Aurelio.
    Están en asturiano.

    http://poesiaasturiana.wordpress.com/

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  8. Sencillamente maravilloso. Me impresiona ese apego a la realidad por mucho que nos duela.
    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar