Guy Sargent
Septiembre tiene la mueca de los armarios, un polvo de trasluz y aire, un tendedero que alguien olvidó en una casa vacía.
Pareciera que en Septiembre terminara todo, como si de repente, casi en el final de la fiesta, se encendieran mil luces que iluminaran a las parejas abrazadas en los rincones, los ojos rojos del que ha bebido demasiado, el sueño que aún no ha destrozado el tramo último de la noche.
Septiembre es un intruso, el timbrazo que nadie quiere oír, el telegrama y las malas noticias, sus stops, sus renglones cortados por la prisa.
Septiembre es esa piel reseca de la que el moreno se va alejando a manchas, un paso de peatones que iluminan la lluvia y una farola, el rojo de las luces de los frenos, el día alejándose deprisa, una carta que pronto se irá aplazando.
Septiembre es un relámpago en una tarde lechosa, la línea que no continuaremos, un sabor a bronce en los labios, el toque de queda silencioso que nos advierte de lo que queda detrás, de lo que no volverá nunca, de lo que no podremos retener ni en el recuerdo.
Septiembre tiene eco, un eco que se repite -y duele- sobre las terrazas infinitas de una conciencia casi vacía.
Hace un año y un día: El año del pensamiento mágico, de Joan Didion
Hace un año: Mi vida sin mí y otras cosas del meter: 3ª temporada y una canción
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Pareciera que en Septiembre terminara todo, como si de repente, casi en el final de la fiesta, se encendieran mil luces que iluminaran a las parejas abrazadas en los rincones, los ojos rojos del que ha bebido demasiado, el sueño que aún no ha destrozado el tramo último de la noche.
Septiembre es un intruso, el timbrazo que nadie quiere oír, el telegrama y las malas noticias, sus stops, sus renglones cortados por la prisa.
Septiembre es esa piel reseca de la que el moreno se va alejando a manchas, un paso de peatones que iluminan la lluvia y una farola, el rojo de las luces de los frenos, el día alejándose deprisa, una carta que pronto se irá aplazando.
Septiembre es un relámpago en una tarde lechosa, la línea que no continuaremos, un sabor a bronce en los labios, el toque de queda silencioso que nos advierte de lo que queda detrás, de lo que no volverá nunca, de lo que no podremos retener ni en el recuerdo.
Septiembre tiene eco, un eco que se repite -y duele- sobre las terrazas infinitas de una conciencia casi vacía.
Hace un año y un día: El año del pensamiento mágico, de Joan Didion
Hace un año: Mi vida sin mí y otras cosas del meter: 3ª temporada y una canción
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preciosas letras. deliciosamente melancólicas.
ResponderEliminarsolo falta escuchar a Dinah Washington en September In The Rain o a Sarah Vaughan.
Me ha gustado mucho comenzar el día leyendo esto.
Un beso
Esa facilidad para saber escribir aquello que a veces se siente, que a veces pensamos, eso es lo que me da envidia (aun no sé si sana o insana). Aunque justo este año, en Septiembre siento lo contrario, siento que está a punto de comenzar todo ( o de cambiar todo). Un beso. Cuti
ResponderEliminarCoincido con Olvido, esta letra tiene alma de blues.
ResponderEliminarUn supersaludo
Un bonito retrato de septiembre, intimo y compartido. Estupendo enrique.
ResponderEliminarGerardo V.
Septiembre es hermoso y terrible.
ResponderEliminarLa estampa es muy hermosa en sus formas, pero desazona un pelín, compa Enrique; de todos modos, no me cabe más que sumarme a los elogios sobre tu capacidad de plasmación de sentimientos: los comparto al cien por cien.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo triste de la belleza o lo bello de la tristeza -un blues, un adagio, esta reflexión- se manifiestan casi siempre unidos. Observarlo es fácil; expresarlo no tanto. No nos prives, al menos una vez a la semana, de estos solos de saxo tan hermosos. Un beso. M.
ResponderEliminarBonita prosa que como Cuti siento lo mismo pero mi envidia es sana.No resisto la luz melancolica de septiembre en la playa y me lanzo a la ciudad.Debo ser urbanita.Septiembre es también el comienzo de muchas cosas y la intención de muchos proyectos que casi nunca se llevan a cabo.Un beso.C
ResponderEliminarEsa forma de expresar sentimientos... Sus palabras se introducen como un dardo en el corazón. Yo también me uno a los elogios, Enrique... Ës un verdadero placer poderte leer...
ResponderEliminarGracias por estos regalos. Salud!
Jordi Vadell.
Mil millones de gracias a todos, es un lujazo leer vuestros comentarios. No diré, para no enfandar a Miriam, que son cuatro tonterías a vuelapluma. Leo ahora y, claro, me arrepiento de haber subido el texto. Eso sí, prometo esmerarme. Gracias de nuevo a todos, es una maravilla contad con tan generosos comentaristas :)))
ResponderEliminarPues yo coincido con Cuti, aunque obviamente no por las mismas razones (gracias a Dios...); encuentro en este septiembre el comienzo de muchas cosas.
ResponderEliminarY me han gustado mucho, mucho tus palabras.
septiembre aún es verano para los del vaso medio lleno ;)
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