Hoy traigo algunos recuerdos, de la mano de José Luis López Vázquez. Aunque mi momento favorito -que no encuentro- sigue siendo uno que comenté ya aquí, en Patrimonio Nacional, de (claro) Luis García Berlanga, cuando, para conseguir los favores de la francesa, que es la mujer de Vilallonga, se diseña unos zapatos con unas alzas tremendas, y, dando traspiés, va de un lado a otro de una habitación, diciéndose: "con esto me la tiro, con esto me la tiro". A Martínez (qué buen rato ayer al teléfono, muchacho) le encanta. Me hubiera gustado traer algo de Vivan los novios, también de Berlanga, una peli que cada vez me gusta más. Espero disfruten de estos momentos: Un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo.
Hace un año y un día: Casa de citas: William Burroughs
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Que gran actor, me ha pillado de improviso, no se si estaba enfermo, aunque ya era mayor. Hace poco vi Atraco a las 3 que no estaba segura de haberla vista ya, que risas. Ya queda poco para Navidad y volver a ver Plácido. Este sábado habrá que ver cine de barrio :). Yo prefiero este tipo de películas, a las de ahora les falta humor y gracia y frescura que es lo que tienen esos cuatro vídeos por los cuatro costados.
ResponderEliminarBesos.
Una maravilla, sí señor, de lo mejor, así que esta sábado veremos cine de barrio, como dice el otro comentario.Un beso. Cuti
ResponderEliminarVeo, compa Enrique, que te sumas a esa corriente de reconocimiento y admiración que se ha despertado entre el bloguerío hacia la figura de López Vázquez con ocasión de su fallecimiento, y no sin fundamento: era un pedazo de profesional, del que he de reconocer que, aunque personalmente no me entusiasmaba, no se puede negar su condición de grande, grande, grande...
ResponderEliminarUn abrazo y buen día.
Que buenos recuerdos me traen todas sus peliculas.Un extraordinario actor.Estoy de acuerdo en ver el próximo sábado cine de barrio. Un beso.Mam
ResponderEliminarMe quedo con el padrino de La gran familia. Le tengo un cariño especial a esa película, en parte por ese personaje. Un beso, M.
ResponderEliminarMe añado a la admiración por el trabajo de López Vázquez.Aún disfrutando de sus trabajos más "serios", yo siempre lo veré aflojándose el nudo de la corbata, moviendo la cabeza a uno y otro lado, mirando con lascivia a la fémina de turno y exclamando "señoriiitaaaa". También me apunto a tu reivindicación de "Vivan los novios" una de las películas más injustamente olvidadas de Berlanga, negra y corrosiva como pocas, y que era toda una bomba de relojería que dinamitaba desde dentro el cine español del desarrollismo (el del turismo y las suecas) utilizando todas sus convenciones.
ResponderEliminarUn abrazo, Enrique y ánimo con tu gran blog.
Gracias, Viola. No me cansaré de ver Atraco a las 3. Siempre he pensado que con este tipo de actores, López Vázquez, Isbert, Saza, Fernán Gómez, hemos tenido muchísima suerte. Han hecho tantas pelis -buenas y malas- que, a la fuerza, son animales de la interpretación, actores formidables, que no siempre han tenido ese papel absolutamente inolvidable. Un beso, Viola.
ResponderEliminarCuti, lo del cine de barrio no te lo crees ni tú, o te olvidas, por un momento, que tienes un hijo de apenas un año que a esa hora, los sábados, aprende a nadar. Un beso :))
Gracias, compa; palabras mayores (las de grande) si vienen de un experto en cine, como es tu caso. Sé a lo que te refieres cuando hablas de que no era santo de tu devoción. A mí me pasaba lo mismo, pero con los años y los recuerdos, se ha convertido en todo un fetiche para mí. Un abrazo, compa :))
Gracias, Mam. Sí, eso es lo que estas pelis me traen: recuerdos. Las hemos visto muchas veces, algunas incluso más veces de las recomendables, pero siguen teniendo una fuerza arrolladora que te hace, si se te ponen delante, que vuelvas a verlas una y otra vez :))
Gracias, M. Lo de Padrino Búfalo es uno de esos hallazgos providenciales del cine. Me acuerdo de una larga temporada en la que Martínez y yo le decíamos eso a nuestro profe de Derecho Civil, el pobre Pasquau, del que tendría que hablar aquí. No has contado cuando el padrino devuelve al niño a casa de sus padres, dormido, en brazos, después de no haberse dormido ni bendito y va gritando López Vázquez: "Cínico, este niño es un cínico". Un beso, M. :))
Muchas gracias, J Luis, por tu comentario y tu visita. He estado un rato en tu artefacto y, claro, vuelvo encantado. Mucho en común, además de esta devoción por López Vázquez que hoy te trae aquí. Un abrazo fuerte. Nos hablamos :))