lunes, febrero 26, 2007
Dos poemas de Roger Wolfe
Nada de esto tiene la más mínima importancia
Es noviembre y me siento como el proverbial
canario en una mina
de carbón.
Las hojas de los árboles
son lentamente corroídas por la lluvia
ácida, el monóxido.
El aire de la tarde pesa
y sopesa mi cabeza
como una larga
resaca pegajosa.
Nada de esto tiene
la más mínima
importancia.
Enciendo un cigarrillo y pido
al barman otra
San Miguel.
La noche
promete ser
muy larga.
__
En blanco y negro
Me despierto y hay un vaso medio lleno
de bourbon encima de la mesa, unas cerillas,
un paquete de Winston en el que alguien
ha garabateado su número de teléfono; son las siete
y cinco minutos de la mañana, James Mason me contempla
en blanco y negro desde el televisor, y vocaliza
palabras que no logro entender ni oír siquiera.
Y después de levantarme y acercarme
al baño, y echar el asco y las entrañas
por las cañerías, y tirar de la cadena, se me ocurre
que es agradable estar vivo y hacer la guerra
y el amor y este poema y que el mundo
bien merece
otra mirada.
___
Roger Wolfe (Wesherham, Kent, Inglaterra.1962) ha escrito Días perdidos en los transportes públicos (1992) al que pertenecen estos dos poemas, Hablando de pintura con un ciego (1992), Arde Babilonia (1994), Mensajes en botellas rotas (1996), Cinco años de cama (1998) y El arte en la era de consumo (2001). Es un poeta esencial para entender la poesía española de los últimos años.
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Parece un realismo transitivo...como los mismos días.
ResponderEliminarBuen día
Gracias, Olvido. Sí, realismo, poesía con mucha fuerza, con ganas de decir y de estar en medio. Como los mismos días, sí. Buen día también para ti y un beso.
ResponderEliminarEnrique: Buenos días, vaya por delante que no estoy hoy para apreciar ninguna poesía. Resultado de la juerga adolescente del fin de semana: Granada 1 - Miriam G. 0, a ver cuantos días tardo en recuperarme.
ResponderEliminarCuti: No sabes cuanto te agradezco las palabras de apoyo que me dejaste en el blog.
Un beso, Miriam G.
Desconocía a este poeta, pero me recuerda a algo coetáneo que leí por entonces. A ver si doy con ello, porque cuando se relee la sensación no siempre es la misma.
ResponderEliminarAyy, Miriam, si yo te contara... Eso es lo que contaba Borges: que cuando joven prefería los arrabales, la noche y cuando mayor: el centro, el sol, la serenidad. A ver si lo tuyo se va solucionando. Ten calma, no vamos a faltar nunca allí. Un beso fuerte.
ResponderEliminarGracias, Miguel, por el comentario. Wolfe fue una de las primeras voces en el sentido de un realismo radical, sucio. Había muchos más, seguro que te refieres a alguno: Riechman, en otro tono, Karmelo Iribaren, que he puesto ya por aquí, y de ahora me interesa mucho Manuel Vilas. Un abrazo fuerte, Miguel.
me encanta En blanco y negro, eso es glamourizar el género negro :)
ResponderEliminarEl último párrafo del segundo poema me parece soberbio, de un realismo cruel, pero verdadero..estupendo, gracias.Cuti
ResponderEliminarMIRIAM G: anda cuenta algo del concierto, y danos envidia, q me quedé sin poder ir, q me hubiera gustado, pero ejercía de tita-niñera, una justa causa desde luego.
Jeje, Pussy, esos relámpagos líricos del género negro son impagables, a mí me encanta. Gracias y un beso.
ResponderEliminarUn beso, Cuti; me alegro de que te guste.
No lo dude, es bello el gran Wolfe.
ResponderEliminarMe encanta tu blog. Te voy a linkear. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Alvy; imaginé que podría gustarle Wolfe. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarA.j.arroyo, echo un vistazo a tu blog y el sentimiento es recíproco: arroz, poemas, fotos, pelis, ufff, qué delicia. Encantado. Un saludo.