Eduardo Jordá (Palma de Mallorca.1956) pertenece a una raza de escritores que todo lo que hacen lo hacen bien, extraordinariamente bien, y, además, hacen de todo. Ha vivido en muchos sitios (Irlanda, Malasia, Burundi, Sevilla) y ha escrito novela y relatos, como el libro Playa de los alemanes, 2006, libros de viajes como Tánger, 1993 y Norte grande, 2003, diarios, como el soberbio Canciones gitanas, 2000, y, para colmo de los colmos, es un magnífico poeta, muy cercano a mi gusto y lo que es mejor: muy cercano a cualquiera. En 2001 publicó dos libros que no hay que perderse: La estación de las lluvias y Ciudades de paso. En 2005 publicó El mono aullador, al que pertenece el poema que pongo hoy aquí y que me ha cedido muy amablemente (gracias, Eduardo). Ahhh, además, escribe en prensa, y entrega artículos frescos, valientes, inteligentes: enlace + enlace.
Tim Buckley (1947-1975)
Qué confuso y qué bello es todo ahora.
El verano empezó hace ocho días.
Una vez más, las noches perfumadas,
los ruidos del Pacífico, las puertas
que se quedan abiertas, y las risas
en la luz que golpea y que perdona.
Vuelan los arrendajos, poseídos
por la vida que estalla. Quiero atrapar el éxtasis
azul de las glicinas, el vuelo ágil
de un pájaro intranquilo, el amuleto
del amor que perdura por los siglos
de los siglos, por siempre nuevo e inocente.
Sospecho que mi vida será corta,
pero yo siempre quise arder, vibrando
como hacen las estrellas y los ríos.
Todo es posible, sí. Soy joven, fuerte.
Lo que tenga que hacer, sé que lo haré.
He sabido besar a las sirenas
en las aguas heladas, y a menudo
he sentido el temblor de la amapola.
Arderé y arderé porque soy joven.
Arderé y arderé porque soy bello.
Mi hijo puede esperar. Las muchas mujeres
que me amaron también esperarán.
Esta vida es la mía. Que arda bien
en mis manos que atrapan este mundo.
Arderé como el sol de las cosechas.
Arderé como el viento en los arbustos.
Arderé y arderé porque soy joven.
Arderé y arderé porque soy bello.
Amigo, ya es la hora de que acerques
esa aguja a mi brazo.
Hace un año: Graffitis, carteles y letreros
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Me hace especial ilusión ser la "first", y todavía más irme al cole y saludar a los "enanos" con esta frasecita rondando en mi cabecita:
ResponderEliminar...las risas
en la luz que golpea y que perdona....
Un abrazo mañanero.
Qué ilusión verte por aquí tan temprano, Aylandara. Háblales a los enanos de Tim Buckely, de su hijo Jeff Buckely, de cómo cantaba Aleluya de Cohen, de ese endecasílabo "en la luz que golpea y que perdona". Un abrazo también para ti.
ResponderEliminara mi este poema me hace sentirme mayor...
ResponderEliminar... sí, es una sensación, Pussy; Tim murió con 28 años, que son muy pocos, por mucho que pudiera dilatarlos. Lo bueno del poema de Jordá es cómo es capaz de fijar una ráfago de un pensamiento que pudo ser. Un beso, Pussy.
ResponderEliminarCoincido plenamente con Pussy... Mi estado febril, tampoco ayuda claro.
ResponderEliminar(Sí, lo sé, soy de muhco quejarme)
Un beso, Miriam G.
A mí me ha descolocado un poco. Es decir, esa concepción tan vital para terminar así. Supongo que no puedo entender la incongruencia de querer disfrutar de la vida, y quemarla y acabar rápidamente con ella.
ResponderEliminar"Todo es posible, sí. Soy joven, fuerte.
Lo que tenga que hacer, sé que lo haré.
....
Esta vida es la mía. Que arda bien
en mis manos que atrapan este mundo.
....
Amigo, ya es la hora de que acerques
esa aguja a mi brazo."
Me pasa con Tim Buckley, con Joplin, con Hendrix...con tantos artistas.
Pero los versos son geniales, y muy explícitos. Meni zenkius, Henry.
Enrique otra vez te alabo el gusto.
ResponderEliminarEs el mejor carpe diem que he leído en mucho tiempo. Gracias, Enrique.
ResponderEliminar(Habría venido bien de banda sonora "Goodbye and Hello", de Tim Buckley)
Alguna vez escuché de alguien eso de echarle vida a los años, o años a la vida, dos opciones muy distintas, pero todo debe ser respetado y en este caso, el de Tim Buckley, para mi hasta admirado, hay que ser valiente. Un beso. Cuti
ResponderEliminarMiriam, mejórate, que te necesitamos en forma. Un beso.
ResponderEliminarGracias, Marsu. Lo importante, con independencia de la opción de cada uno, es el poema, que fija a la perfección una forma de pensar, una ráfaga de lucidez. Un beso.
Gracias, Jesús. No es difícil acertar con poetas como Jordá, al que siempre es una delicia leer. Un abrazo fuerte, Jesús.
Gracias a ti, Caye. Dudé si poner una canción de Buckely, pero al final me dije, qué coño, el poema está bien solo. Un beso, Caye.
Cuti,efectivamente, las opciones de cada cual, no sólo merecen respeto, sino que, además, segurmante son acertadas siempre. Lo importante es el poema, cómo descubre un grado más de esa lucidez. Un beso.
Un poema verdaderamente "personal", alejado de muchas de las vacuidades de la poesía y de sus aciertos llenos de mansedumbre. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por el link caballero...
ResponderEliminarPara mí todo es confuso y bello casi siempre. Sí.
Un beso.
saludos desde Chile... poesía, relato y otros en:
ResponderEliminarhttp://colectivolinguaquiltra.blogspot.com/
Gracias, Francisco, qué bien te veo en la nueva foto, me gusta y me gusta también que te guste el poema; he leído tu comentario sobre las caricias, que me ha encantado. Un abrazo, amigo. (Disculpa tanto verbo gustar)
ResponderEliminarAura, lo que no entiendo es por qué no puse antes el enlace, quizá por su ausencia, no lo recuerdo. En todo caso, mi agradecimiento es para ud, por tantos descubrimientos... Un beso, Aura.
Gracias, editor lingua, daré un paseo, seguro. Un saludo.
Me ha gustado mucho el poema. Por cierto, estáis todos invitados a visitar nuestro blog zUmO dE pOeSíA:
ResponderEliminarzumo-de-poesia.blogspot.com
EMILIA ALARCÓN