Mari Pili ha vuelto a vivir con sus padres, tras un año y medio fuera, viviendo con su novio, que la ha dejado tras la noticia del embarazo. Mari Pili quiere tener a ese niño, caiga quien caiga; no sabe bien el motivo, pero quiere a ese hijo. Sabe que su situación no es buena, que no tiene las mejores cartas, pero lo quiere. Por eso ha vuelto con sus padres, para ahorrar lo que pueda y para asegurarse una ayuda de cara al futuro. Ahora que todavía puede, va a coger otro bar para limpiarlo. Cree que es el momento justo, en el cuarto mes todavía no se siente muy pesada y podrá con ello. A su trabajo como limpiadora, de 8 a 2, de fregona en un bar-restaurante, de 3 a 5, de limpiadora en una imprenta, de 5'30 a 7, cree que puede añadir el de limpiar esa cafetería del barrio que cierra a las 8 de la tarde; son dos horas más, de 8 a 10, pero sabe que va a necesitar ese dinero.
Por eso, cuando ayer al mediodía se acercó a casa para dejar el uniforme de la empresa de limpieza, y recibió la gran noticia, pensó que se había unido algo en la trenza del destino para que su niño comenzara con éxito su vida: "Niña, que el gobierno te va a dar 2.500 Euros para el niño", le dijo su padre y ella, sonriendo, lanzó al aire una complicada operación aritmética que intentaba calcular cuántas horas de limpieza adicional cubría ese dinero.
A María del Pilar la noticia del embarazo le pilló ya en Palma de Mallorca; había adelantado un poco su estancia porque estaban de reformas en su ático de Ortega y Gasset (por cierto, tenía que anotar una nueva distribución para que la habitación del niño estuviera comunicada por interfono con la habitación de la interna, para cuando fuera mayor y quisiera un vaso de agua) y, claro, ante las obras lo mejor es poner tierra de por medio. De todas formas, Pedro tampoco tendría demasiados problemas para alternar Madrid y Palma, podría ir y venir sin problemas, y más ahora que estaba embarazada y su suegro, el propietario de esa empresa de limpieza que todo el mundo conocía ahora que cotizaba en el Ibex 35, no iba a ponerle problemas para estar con su mujer. De todas formas, era temprano para estar en Palma (no estaban todos sus amigos y algunas noches tenían que cenar solos en el Club Naútico); además, no había cumplido del todo con esa época que tanto le gustaba de Madrid en la que iba de tiendas todas las mañanas con sus amigas y por las noches ya se podía cenar en esas terrazas de esos restaurantes que tanto le gustaban del barrio de Salamanca.
Por eso, le hizo mucha gracia cuando vio a Pedro desayunando a las 11 en la terraza de la piscina y le dijo "Piluca, hoy no cojo el avión a Madrid, me tomo el día libre porque ya tenemos el sueldo de hoy; los socialistas nos van a dar 2.500 Euros por tener un hijo, así que ¿nos vamos a comer con Toño y Bea a Menorca?"
Nota: las dos historias anteriores pueden ser reales. España, desde siempre, y cada vez más, es un país radicalmente injusto. Mientras los impuestos directos (que gravan las rentas, patrimonios, etc) se van aglutinando en torno a tipos de gravamen cada vez más reducidos y tienden a un tipo único (los máximos defensores de esto son los propios socialistas), los impuestos indirectos son los que tienen mayor peso en la recaudación del Estado, sí, esos que gravan el consumo de un café (que se toma lo mismo un rico que un pobre) o una caña. La prueba más fehaciente de esa absoluta injusticia es la última medida: 2.500 Euros para todos los que tengan un hijo, con total independencia de la renta, patrimonio, etc. Vamos, vamos, vamos...
Otra nota: disculpad que estos últimos días esté algo ausente de los comentarios. No por no decir nada me parecen menos maravillosos. Muchas gracias; en unos días podré agradecerlo personalmente a cada comentarista.
Hace un año: Camisetas
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Gracias Enrique, gracias de verdad. Me he sentido muy acompañada, poca gente de mi entorno ha entendido mis críticas feroces contra esa medida. Daban por terminada la discusión con el argumento, claro como tu marido vota al pp. Sí, el sí, pero yo no.
ResponderEliminarA mí es que lo de "menos da una piedra" no me consuela en absoluto.
El otro día Manuel Márquez apuntaba:
- ¿No debería una política de izquierdas que pretenda incentivar o promover una pauta de acción concreta por parte de los ciudadanos, articular en dicha materia medidas de fomento GENÉRICAS en vez de establecer ayudas INDIVIDUALES –o, al menos, dar primacía a las primeras sobre las segundas-?
Un beso, Miriam G.
primo, tienes toda la razón y genial la comparativa, pero es que esas cosas no son tan importantes...
ResponderEliminarcomo puedes compararme el bienestar de una familia, la justicia social con las cosas que realmente importan?
Se irá Kaká al madrid?
Que pasará con el pobrecito de Etoo?
Desayunará mañana DJ Chaos?
Y el Euribor subiendo y todos bajando a la playa...
Un abrazo
ps.-no será que el gobierno haya querido decir que todos somos iguales? Qué sería injusto discriminar a las personas por su clase social?
Para que María Pilar se pueda ir a comer a Menorca con sus amigos, los ciudadanos de a pie, vamos a tener que dejar de tomar muchos cafes. Cuando esto suceda a ver como paga el gobierno 2.500€.
ResponderEliminarEste tema me tiene indignadisima. Perdon.
No estoy de acuerdo con esa medida, es claramente electoralista e injusta. No arregla nada ni a medio ni a largo plazo; a corto sí, claro, a nadie le amarga un dulce (mmm, ¿quién dijo eso antes?). Un partido de izquierdas debería plantear ayudas sociales, guarderías con horarios ampliados, ayudas domiciliarias, y yo qué sé que no soy experta, pero los 2500 euracos se evaporan en nada....Lo ha dicho bien Miriam, ayudas genéricas y no individuales.
ResponderEliminarPero lo siento, tampoco estoy muy de acuerdo con tu texto. Supongo que, como ejemplo ilustrativo, es extremo y de eso se trata. Pero no me ha gustado. Como argumentario, es demasiado facilón. Ricos riquísimos y muy malos, y pobre paupérrimos buenísimas personas.
Y mira que suelo callarme cuando no estoy de acuerdo con algo, pero es que... lo siento, me ha parecido un texto demagógico e impropio de tu capacidad de análisis.
Hace poco discutí con un amigo que me decía que un empresario no era "un trabajador", tal y como los sindiciatos lo entienden. Yo le popnía como ejemplo a una amiga mía: ella es secretaria, trabaja de 8 a 3, entra dentro de lo que se llama "un trabajador" sin ninguna duda. Su marido es director de marketing, trabaja de 8 a 8, y como tiene un sueldo mayor, la duda sobre si es o no un trabajador empieza a plantearse. Pero su padre es empresario, tiene una pequeña fábrica con 15 empleados. Evidentemente, no tiene jornada fija, puede aparecer en su casa a las 10 de la noche sin que resulte extraño, apechuga con todo el riesgo económico de la inversión...pero está completamente fuera de lo que se considera "un trabajador". Aunque mi amigo fue incapaz de reconocerme que el menos "trabajador" era el que más trabajaba.
Y todo este rollo porque los estereotipos sobre las clases sociales y sus derechos y deberes me ponen un poco nerviosa...
Me disculpas. ¿vale? Quizá no ha sido ni el sitio ni el momento. Pero como siempre, gracias por pantear temas y permitir el debate.
Pues yo estoy de acuerdo. Si analizas el trasfondo de la medida se va a pagar por practicar sexo, como en el negocio de la prostitución, y que yo sepa ( de oidas, claro está ), las putas le han cobrado siempre lo mismo a los ricos que a los pobres
ResponderEliminarMarsu sigo tu razonamiento, lo entiendo y en algunos puntos lo comparto, vaya que si lo comparto. Pero a veces no queda más remdio que pintar en blanco sobre negro, para que por contraste algunos vayan pillando la idea.
ResponderEliminarUn beso, Miriam G.
Gracias, Miriam, pero no creo que se trate de algo de PP o de PSOE, el mal, como se dice, es endémico, es decir, de unos y de otros porque de lo que se trata es de compaginar las dos políticas, la global y la individual. Me explico: de acuerdo con el planteamiento de Manuel, pero insisto en que junto a políticas globales, si se hacen individuales, como es el caso de los 2500, SE DEBE ADAPTAR a la capacidad del que los recibe pues el impacto en cada economía es diferente. El planteamiento, para mí, es ese, no el de medidas sociales o individuales, sino la obligación del que gobierne de compatibilizar y trabajar, en condiciones, ambas. Un beso, guapa.
ResponderEliminarFunes, no hay discriminación por razón de clase social, todo lo contrario, es un principio de justicia elemental que el Tribunal Constitucional ha interpretado diciendo que el principio de igualdad es también un trato desigual a los desiguales. Por lo tanto, si se da el mismo dinero a todo el mundo, independientemente de su capacidad económica, es desigualdad pura y dura, sólo eso. Un abrazo (veo que sigues de cerca el fútbol :)
Gracias, Belén. El tema es sangrante desde muchos puntos de vista (para mí, sobre todo, desde la injusticia que supone el planteamiento que lo que está haciendo es decir a gritos que este gobierno, como todos, lo que hace es amparar un sistema de distribución de la renta absolutnamente injusto en base a que no hace justamente eso: redistribuir la renta. Un beso.
Gracias, Marsu; estoy de acuerdo contigo y coincido en lo de simplista del texto. El análisis es simplón y la comparación no es afortunada. Lo que quería era plantear dos extremos que, lógicamente, en la vida real se dan con muchos matices. No me gustaría que lo vieras como un análisis riguroso, que no lo es, ni como algo demagógico, que tampoco lo es; se trata de exagerar para que lo grotesco de la exageración sea lo que destaque que, en la vida real, eso grueso y sin matices se da, es real, es así. Conozco las realidades de las que me hablas y, sobre todo, la realidad empresarial de este país, pero sólo quería un paradigma donde lo injusto cobrara todo su poder gráfico. Así que entono un mea culpa y prometo esmerarme en la siguiente etiqueta de Actualidad. Un beso fuerte, Marsu y muchas gracias (me ha encantado la bronca :)))
Martínez, ayyyssss, cómo se nota que no frecuentas ciertos sitios. La negociación es inherente a cualquier negocio y no, no es lo mismo el precio para un rico que para un pobre. Un electricista que va a una casa rica (disculpad el ejemplo simple) no cobra lo mismo que si va a un barrio periférico. Está claro. Pero eso sí, que era a lo que iba: el iva, impuesto indirecto y, por tanto, injusto es el mismo:16 por ciento del ala. Un abrazo, practicador de sexo.
Pues claro que no es un tema PP-PSOE, precisamente eso era lo que quería decir. La simplificación es lo que me pone de los nervios, cada uno a ver la viga en el ojo ajeno y listo.
ResponderEliminarUn beso, Miriam G.
A mi me pasa en las tasas al ayuntamiento edimburgués: Pagas según dónde vivas, no lo que cobres, así que yo que vivo sola, pago lo mismo que mis vecinos (él médico, ella asesora financiera).
ResponderEliminarHablar de dinero, es el preámbulo de una discursión acerca de qué es justo y qué no lo es.
Complicado tiene que ser eso de gobernar un pais, yo estoy en huelga del derecho a voto, por lo que creo que poco puedo opinar, pero es una medida electoral, puntual y para desviar la atención de otras muchas cosas que son más sangrantes. Lo mejor de esto los comentarios. Un beso. Cuti
ResponderEliminarNB Enrique me alegra que hoy al menos hayas tenido un rato para comentar los comentarios, el inicio del descanso se nota...
Uff...me sumo a la critica, por lo absurdo de la medida. No se pueden adoptar medidas aisladas sin una politica seria detras....
ResponderEliminarNo soy ni PP ni PSOE. Soy madre-padre, con una visión más realista que la del gobierno.
Un saludo,
Hilda
Es que todas las medidas que ha adoptado el PSOE (y cuidadín, que no soy de ninguno de los dos cutrepartidos) son como barniz sobre la mierda.
ResponderEliminarHe dicho.
Les puse el enlace a esta entrada a las manzanas, más opiniones:
ResponderEliminarhttp://www.manzanasazules.com/foro/viewtopic.php?t=4038
Un beso, Miriam G.
Necesarísimo post, muy bien contado y documentado. ¡Gracias!
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