Sé por Parreño que los médicos fenicios llevaban a los enfermos a los cruces de caminos para que todo el que pasara diera su opinión; así, elaboraban su diagnóstico.
Un diagnóstico, una luz, algo a lo que sujetarse.
Porque siempre andamos a través de encrucijadas, de cruces de caminos, de espejos que no reflejan sino otro espejo, en un juego interminable.
Ahora quiero anotar en ráfagas. Ni poesía ni prosa, sino ráfagas nerviosas que me devuelvan, tal vez, el mapa sumergido que a lo mejor soy yo mismo.
En la pestaña al lado de ésta tengo abierto un texto para Juan Carlos, para su nuevo libro. De lo que llevo escrito tan sólo salvo la primera frase, que también es párrafo:
Los amigos y su luz
Quizá la luz que me falta ahora, cuando la madrugada sucia de octubre me lleva a preguntarme: ¿qué llevaría a ese cruce de caminos fenicio? ¿A mí mismo? ¿A los poemas que quiero y debo y no quiero escribir? ¿A esa página en blanco donde todo es posible? ¿A esta edad, a este tiempo incierto, al descreimiento de algunas horas?
Vale. (También debería valer)
Hace un año: Los días de cine de Gasset
Technorati Tags:parreño
Blogalaxia Tags:parreño
Seguro,compa Enrique, que, visto lo que reseñas, había bastante más texto salvable en la ventana de al lado: no seas tan autoexigente... (por cierto, me ha dado por recuperar -no suelo hacerlo- la entrada de hace un año -por aquel entonces, yo aún no frecuentaba esta cibercasa-, y me he echado unas buenas risas: genio y figura, el Gasset, qué tío...).
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encanta poder autocitarme, por casualidad, hoy he comenzado mi entrada con un Hace ya algunos meses mi buen amigo y extraordinario granadino Enrique Ortiz, hablaba en su blog...
ResponderEliminarTengo buen ojo clínico fíate de mí y recupera el resto del texto.
Un beso, Miriam G.
Todo lo contrario, compa Manuel, no soy nada exigente; eso sí, sé reconocer lo que no vale, aysssss. Me alegro de que hayas disfrutado con Gasset. Es genial Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarCuando uno se autocita es que ya ha llegado lejos, Miriam, jejeje. Me alegro mucho de que te guste la trilogía, de la que, por cierto sólo he leido el primer libro, con lo cual me has recordado que tengo que ir a la librería, cosa que no me desagrada nada. Un beso, Miriam, cómo cuidas a tus manzanas.
Segun Cunqueiro, la encrucijada, el cruce de caminos, para la hagiografía gallega, no un es buen descanso, porque es el lugar de cita de brujas (meigas) y demonios y otras figuras del mal.
ResponderEliminarGracias, Volando; sí, hay un componente mágico en el cruce; en Galicia esos lugares, las cruces por todas partes, dan esa impresión. Un abrazo muy muy fuerte, primo.
ResponderEliminarYo creo que los médicos hoy en día deberían hacer lo mismo: Llevar a los enfermos al Zara, a ver qué piensan las marujas.
ResponderEliminarLa parte en la que digo extraordinario, la has pillado ¿no?
ResponderEliminarComo dices que sólo cuido a las manzanas...
Buen fin de semana, tengo aquí a mis papis y mañana ya no curro. Los llevaremos un día a que conozcan la hermosísima Granada, espero que sea el sábado y así aprovecho para comprarme zapatos.
Un beso, Miriam G.
Ande usted con ojo. Los cruces son la puerta para hacer pactos con lo demoníaco, no venda usted su alma para lograr buena prosa... :)
ResponderEliminarMiriam, peloooootaaaaa...
ResponderEliminarQuerido Henry, me ha gustado este brainstorming que te has marcado hoy. Esta mañana leía la respuesta de un escritor en su blog, hablando sobre la objetividad, que para él ni existe ni es deseable. Yo le decía que para poder ponerme en la piel de otra persona, necesitaba ser objetiva; él me ha contestado que al hacer eso, no estaba siendo objetiva, sino subjetiva con las ideas del otro. Me ha encantado esa definición de empatía, y he recordado la conversación cuando he leído sobre tus cruces.
Ya ha salido el sol, y a estas horas este octubre aún parece septiembre temprano. Espero que la luz de este día y la de tus amigos te iluminen lo necesario.
Marsu, gasta formalidad.
ResponderEliminarBueno, ya sabía yo que se me olvidaba algo:
Si en el cruce de caminos
falla tu orientación,
Luis Candelas es mi amigo
pregúntale la dirección.
Y ahora sí, cierro el pico.
Un beso, Miriam G.
Octubre es un mes de encrucijadas.
ResponderEliminar¿Formalidad?¿A mi edad?¡Anda ya!
ResponderEliminarMe das un poco de miedo cuando te he leido. Más vale que no te plantees encrucijadas, todo recto es mejor. Los cruces no son nada seguros y el Otoño se presta en pensar demasiado. Un beso. Mam.
ResponderEliminarYo estoy con Mam, niño, como tas levantao hoy?? mejor no plantearse nada (desde que vine de vacaciones estoy en esa linea, así de simple que he retornado, tampoco tengo tiempo para mucho más, la verdad) y en los cruces, si tienes duda, a Luis Candelas, como dice Miriam. Un beso. Cuti
ResponderEliminarNB Miriam, a disfrutar y a comprar muchos zapatos. ya me contarás porq en Granada y no en Málaga.