martes, julio 22, 2008
Un poema de Descubrimiento de la lentitud
Una de las satisfacciones mayores de hacer un blog son los correos que, de vez en cuando, uno recibe. El otro día, Victoria, desde un sitio fuera de España que desconozco, mostró interés por este libro, Descubrimiento de la lentitud, que publiqué allá por 1992. En agradecimiento por sus amables palabras, dejo hoy aquí un poema de ese libro (en este enlace puse otros tres), y mando un abrazo muy fuerte a Victoria.
Quince de noviembre
No ser nada en la tarde. Abandonarme
tan sólo en su respiración
pausada
y pensarte como hilos
de agua tras mis cristales.
No ser nada y estar cansado
como los puertos
con memoria y sin estandartes.
Sería preciso llamarte
aunque no sirviera de nada.
Sentirse roto como un almanaque
y estar triste porque anochezco
sin prodigios de arquero.
Estar solo, quizás arrebatado,
en este cuarto que sabe de ti,
de tus labios pretéritos y mansos
en la fotografía.
No ser nada, mujer, y estar cansado
como una lenta historia junto al fuego.
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Por que poco ja, ja, ja... yo nací un 16 de noviembre...
ResponderEliminarUn beso, Miriam G.
A mí también me encanta Descubrimiento de la lentitud, deberías regalarnos más entradas de éstas. Un beso. M.
ResponderEliminarRealmente eres un poeta, Enrique.Nunca lo dudé pero te empeñas en recordarnoslo con algun poema o hablando de otros poemas o escenas de la vida cotidiana como lo haces desde este blog. No es solo lo que dices sino, también, la manera de decirlo, con su como si tal cosa de sencillez,y ese poso de lentitud de la que haces un descubrimiento y que logras trasladas tanto por el tema del poema como por el ritmo y las imágenes que contiene.
ResponderEliminargracias de nuevo por recordarnoslo.
Gerardo
Pues yo, compa Enrique, me sumo a la petición de M: ¡¡¡queremos más, queremos más...!! (acompañado del preceptivo aporreo de cuchillos y tenedores sobre la mesa, claro...).
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Yo también quiero más... Pensé que no era necesario repetirlo.
ResponderEliminarUn beso, Miriam G.
Necesario no, compa Miriam, pero igual sí que es conveniente (para ver si, aunque sólo sea a fuerza de hacernos los "pesaos"...).
ResponderEliminarUn abrazo.
Precioso. Precioso, precioso.
ResponderEliminarGracias por el detalle.
ResponderEliminarEnrique, me encanta ese libro. Tengo una edición de un certamen de poesía y releo ese libro de vez en cuando. La última vez fue la semana pasada. Creo que casi siempre lo leo en septiembre.
ResponderEliminarAhora quiero encontrar algún otro libro tuyo.
Alberto Gil
Muchas gracias, Alberto. Mira, en el apartado Poemas míos tienes unos cuantos y, con paciencia, en el Apartado Páginas Amarillas puedes leer algunos poemas inéditos. Un saludo y mil gracias.
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