Uno de los libros de poemas más maravillosos con los que uno se ha topado es Lecciones de cosas, Veinte poemas para el nieto Malcolm, de Carlos Barral, (Barcelona, Edicions 62, 1986), que todavía se vende por ahí, en alguna librería, y, con toda seguridad, también en las de segunda mano. También lo pueden encontrar en la Poesía completa que publicó Lumen en 1998, con edición y prólogo -genialísimo- de la genial Carme Riera.
A Carlos Barral ya lo he traído por aquí: con otro poema suyo (enlace) y con un poema que escribí en su honor, en su memoria (enlace), Último baño de Carlos Barral en Calafell.
Lecciones de cosas era un manual que existía en el franquismo y en el que se explicaba a los niños cómo saludar, cómo sentarse a la mesa, coger correctamente el tenedor y el cuchillo y esas cosas, en principio, inofensivas. También les hablaba de la luz, de dónde viene, de otros temas naturales. Descubro, preparando esta entrada, que ese tipo de libros viene de más atrás. En este enlace pueden cotillear un poco.
En Lecciones de cosas, Carlos Barral le habla a su nieto y le cuenta algunas cosas: del perro, de la muerte, de los accidentes, del propio abuelo.
(En un libro que preparo, también, en homenaje, hay una parte que se titula así, Lecciones de cosas)
Es tan delicioso este libro, que no me resisto a hacer una serie con él. Hoy dejo el primer poema de Tres poemas heráldicos. Alta poesía, queridos niños y niñas.
Chien arreté
El perro ha depositado un pez seco e incompleto a los pies del niño y aguarda.
Ha venido a ofrecerte su presa imaginaria
y sabe que es un símbolo, liturgia
de su orgullosa sumisión. Lo sabe.
Era un pez del que quedan
las rígidas aletas, las lujosas
señas de su ondulante biografía
y la lívida espalda,
como gesto de nácar
sobre el vacío de su vientre absuelto,
todo en piedra instantánea
dorada por las sombras de la muerte.
Y es su presa y su gesto, lo ha dejado
cerca de ti, solemne, y lo vigila
y espera que comprendas lo que quiere.
Ahora espera que seas
tú que enseñes la muerte,
tú la hermosa carroña nacarada
y él irá a devolverla
a lo obscuro que abultan los terrores
y arañan los que temen con las uñas del grito.
Entretanto bosteza
o muestra la afilada dentadura.
Tienta el cielo de plata
- insolencia del hábito o alcurnia-
con la lengua de gules.
Hace un año y dos días: 517 (un poema inédito) seguido de Your love is the place from I come from y mucho más Teenage Fanclub
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No sé si es necesario vivir con un perro para comprender el poema, para comprender esa liturgia, los ritos ancestrales con los que se comunican, su necesidad de líderes y jerarquías, la ingenuidad de un calcetín como metáfora de los trofeos de caza. Lo cierto es que la convivencia con ellos te facilita la comprensión de sus símbolos, de su lenguaje, de la espera, de este poema, de la belleza, de la muerte, de lo universal. Un beso. M.
ResponderEliminarEstoy seguro de que a Barral le hubiera encantando este comentario, M. Es justo eso, la introducción de lo universal en el nieto a través del lenguaje del perro. En otros poemas se seguirá viendo esto. Un beso :))
ResponderEliminarHola E,
ResponderEliminardos cosas (off-topic las 2) que me han recordado a tí:
. La primera, una entrada en un blog recién descubierto (que te recomiendo) que habla del pintor que te hizo el retrato:
http://hoteljuntoalavia.blogspot.com/2008/11/ha-nacido-un-blog.html
. La segunda, recomendarte, si es que no lo has leído ya, el maravilloso libro de poesía en el que ando enfrascado del Poeta/Arquitecto Joan Margarit "Casa de la misericòrdia" (¿Te hiciste eco de ello hace poco, quizás? No logro encontrarlo). Fuerte abrazo, EO.
Hola, Andrés, jejeje.
ResponderEliminarGracias por los dos offtopics (me gusta mucho esta palabra, sí señor).
De Hotel junto a la vía soy fiel seguidor, es un maravilloso blog, que no sé por qué no tengo enlazado, ahora que lo dices. Pero eso sí, gracias.
Me gusta que andes enfrascado con tu compañero Joan Margarit, uno de los poetas que prefiero y que siempre ando leyendo. Sí, en su día, me ocupé por aquí (a todo esto, te tengo que buscar un libro que si no recuerdo mal se llama Cálculo de estructuras, que te sonará, jejeje). Este es el enlace:
http://elblogdeenriqueortiz.blogspot.com/2007/05/casa-de-misericordia-de-joan-margarit.html
Abrazo muy fuerte para ti, Andrés :)))
amo a Barral; hace tiempo leí sus diarios y me parecieron tremendas lecciones de cosas, de cómo vivirlas, sobre todo la literatura; creo que su labor de editor ha empañado la de escritor, y que se debería reivindicar...
ResponderEliminarMil gracias, José. No sé si habrás leído Diario del Metropolitano, que está editado por la Diputación Provincial de Granada, en la Colección Maillot amarillo. Es un diario puro sobre la creación de los poemas, donde va y viene, corrigiendo. Es una maravilla. Por aquí quiero traer más a Barral. Un saludo :))
ResponderEliminarno recuerdo la editorial, pero no era provincial; compré el libro, hace años, en una librería de viejo, por poco más de cien pesetas; creo que era un tomo de una serie de diarios, pero el título no es Diario del Metropolitano, seguro, y no tenía una temática concreta, sin que en él, Barral había vertido opiniones muy dispersas sobre arte, literatura y actualidad, así como vivencias suyas... recuerdo que en el prólogo se decía que el propio Barral se los encuadernaba vaciando las tapas de libros famosos, tipo Crimen y Castigo, y que habían aparecido así entre los libros de su biblioteca: los escribía a mano y en sus ojas ejercía su conocida afición al dibujo (los dibujos, por cierto, son fantásticos)... me explico; el tipo sustituia las páginas de, por ejemplo, Guerra y Paz, por papel en blanco que iba llenando con sus anotaciones; me parece una idea genial...
ResponderEliminartendría que buscarlo para decir más, ya te digo que lo leí hace por lo menos diez años