Y no hay manera de ir donde no hay nadie, escribía Claudio Rodríguez en el poema Nocturno de la casa ida, de su libro Casi una leyenda, de 1991, su último libro.
Desde hace varios años le doy vueltas a ese verso, un endecasílabo perfecto, como eran todos los de Claudio Rodríguez.
Pero hoy quiero ir donde no hay nadie, no sé, aunque no haya forma de ir. Dar la vuelta, cruzar, ir más allá, borrar las líneas, volar los mapas.
Quiero ir donde no haya nadie, donde no esté ni siquiera yo. Un lugar no de escapada, no, sino de vuelta, de regreso, donde el que vuelve, regresa desposeído, vaciado, acorde, en paz.
Ir más lejos, sí, donde no haya nadie.
Pedro Casariego Córdoba quería entrar en una agencia de viajes y pedir un billete al país de los héroes solitarios; Schubert vio una imagen en el hielo y tres soles en su Winterreise, su Viaje de invierno (una de las músicas más hermosas y tristes que se hayan escrito nunca -enlace-).
Un lugar donde no haya nadie, donde el paisaje, solo, acontezca a solas, sin tiempo, sin memoria, sin futuro.
No ser nadie hoy.
Y de poder elegir, ser hoy Howe Gelb en esta canción, Shiver, de su grupo Giant Sand.
Y vivir cerca del desierto, y bañarme en albercas, y tener perilla, y una bicicleta tuneada.
Y no mucho más, queridos niños y niñas. Volvemos a las alertas por nieve, así que ya veremos. Les debo unas fotos del pasado domingo, con Mus disfrutando de esa nieve que él piensa que han puesto ahí para jugar, para pegarle bocados, para embadunarse y dar saltos sobre ella. Me dejo también una reflexión inquietante. Según leo en El Mundo -enlace- hacerse pajas entre los 20 y los 30 aumenta el riesgo de cáncer de próstata (mal vamos), pero cascársela a partir de los 50 disminuye ese mismo riesgo. Mi pregunta -llevo ya muchas horas dedicadas al tema- es qué nos pasa a los de los 40 y, claro, en su virtud, qué hacemos, cómo actuamos. Por favor, a ver si algún científico caritativo nos puede aclarar el tema. Gracias por su tiempo y por su generosidad. Besos y abrazos a doquier.
Hace un año y un día: Fuera de juego, de Alberto Tesán
Hace un año: Winterlong, por Neil Young y por los Pixies
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Mira que la entrada es profunda, joe, pero entre la bicicleta tuneada y lo de las pajas, me has alegrado la mañana. Un beso. Cuti
ResponderEliminarNo se donde quieres llegar, a lo mejor es que estás sobrecargado de tanta agua y no ver el sol. La bici linda, a mi también me gusta. Un beso.Mam.
ResponderEliminarLo de los 40 es una laguna curiosa; se ve que "ni una cosa ni la otra", como diría el elocuente Pazos en Airbag; me informaré y ya te contaré el "conceto". Preciosa canción, a pesar de que a mí esos lugares tipo Bagdad Café me ponen triste. Un beso, M.
ResponderEliminarMenuda forma de empezar... para terminar así. La segunda carcajada de la mañana, este finde se presenta bien;)
ResponderEliminarYo, como no tengo próstata, no me preocupo. Y aunque la tuviera, como de los cuarenta me va quedando poco, pues tampoco me preocuparía.
Suerte con la nieve; no sea que salgamos a pasear, nos caigamos, nos rompamos la cadera, y haya que pensar en cosas más serias. Que me río por no llorar, vamos :)
No, Cuti, no es profunda, es un vuelapluma sobre un verso que sí que es profundo. Un día pondré el poema entero. Besos :)))
ResponderEliminarPero, Mam, mira que querer tener tú una bicicleta tuneada, qué gamberra :)) Tengo ganitas ya de algo de sol, sí, y estoy cansado de pasar frío, y de estar mojado, ufff. Besos :))
Jeje, M, sí el concepto. A mí me está pareciendo que los 40 son un tertium genus (y olé), esa tierra de nadie donde a lo mejor se esta mejor que en ninguna parte. Y qué maravilla de Airbag, qué peliculón. Besos :)))
Marsu, me alegra que te rías, pero que es eso de rompernos la cadera :)), que todavía somos muy jovencitos y no estamos descalcificados; eso sí, ya verás, todo se andará. Por ahora no nieva, ni aquí ni en tu sitio, así que vamos a ver, pero creo que ya no caerá; hoy se lo están llevando todo Segovia, Burgos y Toledo. Estamos rodeados, pero no hay suerte. Un beso y buen finde :))
A los 40 te quedas ciego tambièn.
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