miércoles, diciembre 09, 2009

Alto jornal, de Claudio Rodríguez


Alto jornal

Dichoso el que un buen día sale humilde
y se va por la calle, como tantos

días más de su vida, y no lo espera

y, de pronto, ¿qué es esto?, mira a lo alto

y ve, pone el oído al mundo y oye,

anda, y siente subirle entre los pasos

el amor de la tierra, y sigue, y abre

su taller verdadero, y en sus manos

brilla limpio su oficio, y nos lo entrega

de corazón porque ama, y va al trabajo

temblando como un niño que comulga
mas sin caber en el pellejo, y cuando
se ha dado cuenta al fin de lo sencillo

que ha sido todo, ya el jornal ganado,

vuelve a su casa alegre y siente que alguien

empuña su aldabón, y no es en vano.



Claudio Rodríguez
(Zamora 1934 - Madrid 1999), publicó Don de la ebriedad (1953), Conjuros (1958), Alianza y condena (1965), El vuelo de la celebración (1976) y Casi una leyenda (1991). El poema Alto jornal pertenece a Conjuros.



Hace un año y cuatro días: Novedades musicales: Klaus & Kinski, Joe Crepúsculo, No and the Maybes y Bon Iver de nuevo

Hace un año: Faulkner a través de Pablo Gallo

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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues no estaría mal que algún día sintiéramos esto y si coincidiéramos mejor que mejor, porque a veces se hace difícil tener esta predisposición, hay cada cabestro por ahi...y una tiene un carácter... que se te olvida el amor de nada. Un beso. Cuti

Anónimo dijo...

Bonito poema y que bién describe la satisfacción de haber cumplido con el deber diario. Un abrazo. Mam.

Andrés dijo...

Hola Enrique: gracias por tu comentario de hace un par de días en mi página; aunque te prodigues poco (o quizás por ello), sabes que es un gusto verte por allá. Un fuerte abrazo, A.

Gerardo V. dijo...

Estupendo este poema Enrique. Ha sido leerlo y rápidamente he puesto los engranajes en funcionamiento. He comenzado el día regalándolo a los compañeros. Muchas gracias. Un saludo. Gerardo

leonor dijo...

Yo creo que el don de Claudio Rodríguez está en el cielo, de donde viene la claridad, o sea, aquí mismo. Sólo es cuestión de esperar que despeje el cielo.

Anónimo dijo...

Al leer este poema, con ese brío épico, he recordado uno que vi en internet. Te lo mando por si quieres ponerlo en tu blog:

http://vimeo.com/28148412

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