viernes, noviembre 28, 2008

Buenas noticias: Juan Marsé gana el Premio Cervantes y Heidi Klum toca la guitarra en braguitas


“La cultura es saber salir de casa, sentarte en un banco, en una plaza, fumarte un pitillo o beberte una cerveza, en armonía contigo mismo y con los demás. Eso es cultura. Lo demás son puñetas. No hemos venido a escribir versos, ni novelas, ni zarandajas. Todo eso está muy bien, pero hemos venido, sobre todo, a ser felices (...) Cuando pienso en una imagen de la felicidad auténtica, pienso en aquel grupo de chavales, que debíamos tener de nueve a doce años, en el Penedès, en verano, entre los viñedos y los trigales, yendo o viniendo de bañarnos en las albercas, todos en pelota viva, yendo por esos campos, parándote en un sembrado de melones y sandías, coger una, partirla y comérsela ahí, bajo el sol, en pelotas, y luego nadando... Bueno, esa es para mí la imagen de la felicidad. Y ahí, en ese verano luminoso, el tiempo está parado. Después se pone en marcha y ya se acabó”.

(Saco esta cita, que me encanta, de Tarragona-goig.org, que, a su vez, la extrae de la Introducción de Enrique Turpin a la edición de los Cuentos completos de 2002)

Es un motivo de alegría, y mucha, la noticia de ayer: el Premio Cervantes a Juan Marsé (Barcelona.1933), algo que se hacía ya necesario, como creo que señalaron hace ya tiempo Miguel Ángel Muñoz y Francisco Ortiz (un abrazo a los dos), que, por cierto, se hace eco de la noticia.

Sólo la obra maestra Últimas tardes con Teresa, de 1966, ya tenía méritos suficientes para este premio. Además, habría que mencionar otros títulos. Todavía tengo medio reciente su Rabos de lagartija, que me entusiasmó, y quiero volver a su narrativa corta, que no he leído completa. La oscura historia de la prima Montse, Encerrados con un solo juguete o Un día volveré, entre otras, son ejemplos de cómo construir un mundo narrativo en el que en cada novela puede olerse la vida, la calle, los barrios, esas idas y venidas de épocas y años que somos todos en el fondo.

Lo bueno de premios como éste son las reediciones que se hacen. Hay que comprar otra vez todo Marsé y volver a leerlo, completo, para que no se nos olvide. Así que si aceptan un consejo: si todavía no lo han leído, no tarden. Y si lo han hecho, lo mejor de leer es volver a leer.

Y una nota para no olvidarlo: no hemos venido a escribir poemas, ni novelas; hemos venido a ser felices. A ver... Eso sí, echarse, de vez en cuando, un poemita al cuerpo, ayyyy.

Y, cambiando (o no) de tema, he visto este vídeo que no me ha disgustado a propósito del juego ése de la guitarra, que sigo sin entender (y conste que a Pussy le gusta y lo que guste a Pussy va a misa :).

Llevamos siglos mirando mal a ese colgado que, al bailar, toca la guitarra en el aire. No me digan que no. A mí siempre me ha gustado ese baile, pero siempre te miran mal. Y ahora, pues eso, que está de moda y varias veces he visto yo a niños en el Media-Markt (famosos por su malísima publicidad) con el juego ése y, no sé, no me convence. Pero eso sí, vérselo a la Heidi Klum en braguitas, pues no sé, como que está casi mejor, y miren lo que les digo: que poner a la Klum, en braguitas, jugando con su Nancy tampoco estaría mal, o montando un tente, o qué se yo. Pues les dejo el vídeo de marras, que he visto en Llámame Lola. Hay otra versión de la Klum vestida, pero como que casi que está peor que éste de las braguitas. Lo que sigo sin entender es esa manía de los calcetines ésos caídos de andar por casa (muy americanos): donde se pongan unos piececitos o unos taconcitos o unos high heels, ayyy.



Y, queridos niños y niñas, termina Noviembre y lo va a hacer a lo grande. Vean, si no me creen, este enlace; aquí, en Majarotonda, nos dan 6 días seguidos de nieve, ayyyyyyyy. Qué maravilla. ¿Saben ustedes lo que es seis diítas en casa, dando paseos con Mus, haciendo fotos, tomando sopa y jamón, durmiendo siestas, todo el día en pijamita, viendo pelis, y oyendo algunos discos retrasados y leyendo todo el día...? Ayyyyy. El lunes les cuento cómo han ido de bien las previsiones. Según leo en los foros de los especialistas (enlace), la cuota de nieve va a estar en torno a los 900 a 1000 metros por efecto de los vientos fuertes en el cantábrico, con lo que nos quedaremos con la miel en los labios, los pies mojados, helados, pero sin pisar nieve y, sobre todo, nada de incomunicados, y habrá que ir al curro. Así que no mucho más. Un millón de gracias por su tiempo, por su paciencia -sí, tengo razón-, por su generosidad. Les mando abrazos y besos. Y grito: Biba Juan Marsé, Biba Heidi Klum y Biban las braguitas (pero no las de los mercadillos).

Hace un año y un día: Crematorio, de Rafael Chirbes

Hace un año: De la lluvia (III): Poesía: Claudio Rodríguez

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miércoles, noviembre 26, 2008

Los discos de mi vida: Her handwriting de Trembling blue stars


De las cenizas de The field mice y Nothern picture library, con el sello imprescindible Sarah records al fondo, Trembling blue stars aparece en 1996 con Her handwriting, uno de esos discos que es obligatorio tener, volver a él, escucharlo en una noche clara de verano, con las luces tenues. Ahora que es invierno, y hace frío, pienso en este disco como una manta suave, como una bebida caliente detrás de la lluvia y la niebla.

Es muy difícil que un solo disco pueda arrojar tanta belleza, tanta quietud, tanta dulzura. Ligeramente eléctrico y, sobre todo, acústico, es como una mecedora infinita que se sitúa justo en ese punto donde la tristeza es gozo, y la alegría es triste.

(Por cierto, en España el disco tuvo dos portadas ligeramente diferentes ya que se editó dos veces, casi seguidas).

Les dejo Do people ever?, una canción que persigo, a la que regreso, que me obsesiona. Como no estaba en el youtube, he hecho un vídeo de playitas, ahora que un gripazo me ha tenido en cama un par de días, con un fiebrazo importante. Les dejo también el audio. Y, como les he dicho otras veces: niños, niñas, preparen los pañuelos.




Trembling blue stars: Do people ever?


Hace un año: De la lluvia (II): Poesía: José María Parreño

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lunes, noviembre 24, 2008

Casa de citas: Manuel Vicent



"Conocer a fondo el alma humana, no sorprenderse de nada, estar de vuelta de todo, pero conservar siempre la virginidad en la mirada ante cualquier tragedia, villanía, heroísmo o golpe de fortuna que acontezca en la vida y contarlo como si sucediera por primera vez, ésta es, a mi juicio, una regla de oro para un escritor:"


Manuel Vicent, en su columna Descargas, El País, 23 de Noviembre de 2008

Hace un año y dos días: De la lluvia (I): Fotografía

Hace un año y un día: Chicas y bicicletas + Tego Calderón + U_mä: blanc


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viernes, noviembre 21, 2008

La tentación del silencio (con Smog de fondo)


En la mesita de noche aguarda el Dietario variable de Vila-Matas. En el disparadero del dvd una película: El silencio antes de Bach, de Pere Portabella.

La tentación del silencio, que permanece agazapado, como una fiera que ocultase la ciénaga.

Vuelvo, tras muchos años, a Smog y me acuerdo de un tiempo en el pensaba que la poesía no podía llegar a donde yo quería. Ahora, cuando sé que es uno el que no llega adonde está el poema, pienso en todo lo no se dice, en lo que oculta el silencio. ¿Hablar o no hablar?, ¿escribir o no escribir?, ¿contar o no contar?.

Seguramente, no importe demasiado.

Les dejo con Smog, con su I break horses. Les deseo un maravilloso fin de semana de un otoño soleado y frío. Y, claro, les agradezco su tiempo, y su paciencia con estas cosas que voy anotando aquí. Besos y abrazos, por supuesto. Biba Vila-Matas y Biba Bill Callahan y Biba Pere Portabella.




Hace un año y un día: La calle perfecta de Andrés Martínez

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miércoles, noviembre 19, 2008

Beyoncé y un gran enigma + Publicitando el dolor

Estaba ya en la última fase de aprenderme el baile que hace Beyoncé en su último vídeo, Single ladies, y preparaba este post, cuando descubro que una de las dos bailarinas que la acompañan es, en realidad, su coreógrafo, a lo drag queen (enlace). Y quede claro que estaba yo escribiendo una entrada que hablaba de otros años, cuando uno era más joven y era aficionado a salir con chicas, cosa que uno no siempre conseguía, claro.

Pensaba yo, viendo este vídeo de Beyoncé (y teniendo en cuenta que uno tampoco piensa mucho y que el vídeo no te deja pensar tranquilo), en esa chica, casi perfecta, que nunca terminó de gustarnos porque le faltaba esa morbosa madurez de su madre o la cándida inocencia de su hermana menor. Pues eso. Esa chica, que era un pimpollo reventón, como decían en Amanece que no es poco, estaba falta de un complemento. Una unión ideal de las tres hubiera sido lo suyo, pero, claro, no está al alcance de cualquiera el gabinete del Dr. Frankestein ni la fórmula secreta del Tres-en-uno.

Por eso, cuando vi por primera vez este vídeo pensaba que eran tres beyoncés, con tiempos diferentes, y que las tres eran sólo una, y que esa una era un conjunto de todo lo bueno, y cosas de ésas raras que piensa uno. Y va, y resulta que una de las bailarinas es un chico. A ver si va a ser verdad eso que decía un colgao que frecuentábamos hace muchos, muchos años, en un reino lejano: que todos, en el fondo, somos bisexuales (y no como Martínez, que dice que él es bisexual, sí, de los de dos veces al año -esto ya lo he contado, pero me sigo riendo-)

A todo esto, les dejo el vídeo de Beyoncé, que es lo que importa, ¿o no? Yo seguiré a lo mío, aprendiendo los últimos pasos, no vaya a ser que me la encuentre y me pille sin saberme su baile.



Y el Barón rojo me trae mi segundo argumento del día: que los mejores haciendo publicidad son los argentinos. Es tremenda la capacidad que tienen de poner las cartas sobre la mesa, de asombrar, de reirse. Y vaya por delante mi perdón si resulta que el anuncio es chileno. Ya metí la pata una vez y tuve que pedir disculpas.

No se pierdan esta obra de arte.

lunes, noviembre 17, 2008

Lecciones de cosas, de Carlos Barral ( I )

Uno de los libros de poemas más maravillosos con los que uno se ha topado es Lecciones de cosas, Veinte poemas para el nieto Malcolm, de Carlos Barral, (Barcelona, Edicions 62, 1986), que todavía se vende por ahí, en alguna librería, y, con toda seguridad, también en las de segunda mano. También lo pueden encontrar en la Poesía completa que publicó Lumen en 1998, con edición y prólogo -genialísimo- de la genial Carme Riera.

A Carlos Barral ya lo he traído por aquí: con otro poema suyo (enlace) y con un poema que escribí en su honor, en su memoria (enlace), Último baño de Carlos Barral en Calafell.

Lecciones de cosas era un manual que existía en el franquismo y en el que se explicaba a los niños cómo saludar, cómo sentarse a la mesa, coger correctamente el tenedor y el cuchillo y esas cosas, en principio, inofensivas. También les hablaba de la luz, de dónde viene, de otros temas naturales. Descubro, preparando esta entrada, que ese tipo de libros viene de más atrás. En este enlace pueden cotillear un poco.

En Lecciones de cosas, Carlos Barral le habla a su nieto y le cuenta algunas cosas: del perro, de la muerte, de los accidentes, del propio abuelo.

(En un libro que preparo, también, en homenaje, hay una parte que se titula así, Lecciones de cosas)

Es tan delicioso este libro, que no me resisto a hacer una serie con él. Hoy dejo el primer poema de Tres poemas heráldicos. Alta poesía, queridos niños y niñas.

Chien arreté

El perro ha depositado un pez seco e incompleto a los pies del niño y aguarda.

Ha venido a ofrecerte su presa imaginaria
y sabe que es un símbolo, liturgia
de su orgullosa sumisión. Lo sabe.

Era un pez del que quedan
las rígidas aletas, las lujosas
señas de su ondulante biografía
y la lívida espalda,
como gesto de nácar
sobre el vacío de su vientre absuelto,

todo en piedra instantánea
dorada por las sombras de la muerte.

Y es su presa y su gesto, lo ha dejado
cerca de ti, solemne, y lo vigila
y espera que comprendas lo que quiere.

Ahora espera que seas
tú que enseñes la muerte,
tú la hermosa carroña nacarada
y él irá a devolverla
a lo obscuro que abultan los terrores
y arañan los que temen con las uñas del grito.
Entretanto bosteza
o muestra la afilada dentadura.
Tienta el cielo de plata
- insolencia del hábito o alcurnia-
con la lengua de gules.


Hace un año y dos días: 517 (un poema inédito) seguido de Your love is the place from I come from y mucho más Teenage Fanclub

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viernes, noviembre 14, 2008

Un abrazo a Luis García Montero + Lights on don't mean I'm in home, de The secret society

Foto de elpais.com

Un abrazo a Luis García Montero

Un momento importante en mi formación fue cuando leí en Faulkner, en su Santuario, esta frase: "el humo de mil juzgados". Sin saber por qué, claro, sabía que ahí andaba mucho de lo que buscaba, que ahí estaba la Literatura.

Un juzgado no es un sitio agradable para nadie. Ni siquiera para los que solemos frecuentarlos. Ese humo de mil juzgados sabe a desolación, a espera que no servirá de nada, a manchas perpetuas de nicotina que relatan el dolor, la desazón, la incomprensión, lo feroz, sí.

Que el poeta Luis García Montero se haya tenido que enfrentar a un juicio por injurias es de locos (demasiadas cosas, últimamente, son de locos en este país). Lo que ha sucedido pueden leerlo aquí (enlace) y relata algo demasiado frecuente por estos pagos: envidia, mucha envidia.

Llevo fuera de Granada desde 1999 y, además, no soy cercano a los círculos universitarios. Sin embargo, sé, y me consta, que el profesor Juan Antonio Fortes ha perseguido y provocado a García Montero desde hace bastantes años.

Lo que sé es que a García Montero no se le perdona que sea el poeta que más vende y, con toda seguridad, uno de los más importantes y mejores poetas vivos en este país. Además, con su obra crítica, fomentó una de las renovaciones más profundas de la poesía en castellano de las últimas décadas. Para colmo, la poesía de Luis es de un tipo de poesía que gusta al lector, incluso al que no suele leer poesía.

Además, Luis García Montero es un buen hombre, comprometido, afable, generoso, muy cariñoso, cálido.

Se ha abierto un blog de apoyo (enlace). Desde aquí le mando un abrazo enorme y le digo que le diga aquello que decía Leandro -un amigo- a quienes no soportaba: ¡¡¡ Que se compre el Hola!!!

Lights on don't mean I'm in home, de The secret society

Una de las canciones incluidas en I am becoming what I hate the most (Acuarela.2008) se titula Life vest under your sit, título también de uno de los poemas más célebres de Luis García Montero y que puse hace casi un año por aquí (enlace)

Descubro en el blog de Jesús Llorente (enlace), que, además, es el editor del disco en Acuarela, este tema de The secret society (enlace) y me quedo boquiabierto.

Sin saberlo, lo llevaba esperando hace tiempo. Con miedo, por ese hueco que se cuela entre los golpes de percusión, su sequedad y su épica dice algo de mí, que reconozco mío y es sólo un reflejo que, a veces, devuelve el espejo cuando me miro. La desolación, el desamparo, cierto terror.

Para saber algo más de este disco y este grupo -imprescindible-, hay que ir, claro, a Hipersónica (enlace).




Y no mucho más, queridos niños y niñas, aunque me dejo entre las teclas unas cuantas historias que intentaré volcar aquí la semana próxima. Viene sol y frío. Se ha colado el implacable anticiclón de las Azores y va a ser difícil moverlo, ya lo verán. Difícil también que yo les agradezca de manera suficiente su tiempo, el pasar por aquí. Gracias otra vez. Abrazos y besos. Biba la poesía y biba la música, biba Luis García Montero y biba The secret society.


Hace un año y un día: No post

Hace un año: Dos chicas: Dawn Landes y Elizabeth Cotten

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miércoles, noviembre 12, 2008

Maneras de escuchar un blues, de Vicente Gallego


Maneras de escuchar un blues


Es hermosa esta noche de verano,
aunque no más hermosa
que cualquier otra noche de verano.
Es hermosa esta noche en que estoy solo,
y fumo, y he dejado
en penumbra la casa mientras suena
un dulce y triste blues,
un blues tan triste y dulce como otros.
Nada en mí, ni en la noche, ni en la música,
se diría especial, y sin embargo
existe algo muy hondo en esas cosas
que parecen sencillas:
una extraña grandeza que no acaba
de ser exaltación, tragedia, paz,
pero que es todo eso, y es también
un sentir claramente
que para esto ocurra ha sido necesario
apurar estos años, acumular recuerdos,
haber ganado
y haber perdido tantas cosas.
Para que este piano suene así,
para temblar así con esta música,
ha sido necesario
ir llenándola poco a poco
de belleza y de daño, ir llenándola
con nuestra propia vida, para que se parezca
a nuestra propia vida, y suene así
tan insignificante, tan triste, tan hermosa.


Vicente Gallego (Valencia. 1963). Ya ha aparecido en este artefacto (enlace). El poema lo extraigo de La plata de los días (Visor. 1996)


Hace un año: Un poema de Javier Egea

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lunes, noviembre 10, 2008

Un homenaje y un premio, con un poquito de publicidad

Sí, homenaje, a las mil entradas de El barón rojo, al que desde aquí deseo otras mil, sobre todo desde un punto de vista egoísta, de disfrute personal. Un abrazo, Barón.

Y premio, el que me doy a mí mismo, a través de estos dos anuncios que, claro, saco de El barón.

He estado una semana fuera de casa -por obras- y regreso justo ahora, con un suelo relampagueante -palabra que utilizaba mi padre para decir que unos zapatos estaban de limpios de verdad-.

Echaba de menos estas cuatro paredes que forman una casa. Y eso que uno ha vivido estos días a cuerpo de rey.

Trident seguros (Nicolás, tiemblaaaa) y Nando's, que se inclina por el tópico de las rubias. Las vueltas a casa tienen estas cosas...



viernes, noviembre 07, 2008

De cómo me morí


"Un día me morí, no puedo decirlo de otro modo.
Y aunque suene raro, es gramaticalmente correcto."


José María Parreño (enlace + enlace)


Como todo el mundo, yo también me morí un día.

Algo fue demasiado.

Demasiados comienzos, demasiados finales, algún crepúsculo de más, no sé, no lo recuerdo, pero algo fue más de la cuenta. O demasiado poco, quién sabe.

Me parece, también, que se me acabó el tiempo; no un tiempo de vida, no, sino que el tiempo redondo del día dejó de pertenecerme.

Antes, todo era mío: las tardes, los cafés, las mañanas, los paseos, las noches, los escaparates, el teléfono, los rotundos mediodías.

Entonces, un poco antes de mi muerte, desaparecieron las horas.

Fue entonces cuando las calles comenzaron a sonar como un vacío al regresar tarde y cansado del trabajo, y había charcos fríos, y la gente, dentro de sus abrigos, aceleraba el paso, y los portales estaban cerrados y todo era como de piedra, todo tenía el sabor de una piedra helada.

Entonces, me morí.

Algo más tarde, nací de nuevo.

Y en ésas andamos.


(Buen fin de semana para todos. Gracias por su tiempo. Besos y abrazos. Biba Noviembre y Biba la Juventud)


Hace un año y un día: Afterpop, de Eloy Fernández Porta

Hace un año: Un cuento de Jean Cocteau


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miércoles, noviembre 05, 2008

Preguntando al respetable: Niños y profesores, sangre y Halloween

Leo en 20 minutos (enlace), que, a su vez, lo lee en Savannah now (enlace), que una profesora ha mandado al psicólogo al niño (de 10 años) que hizo el dibujo de arriba, a petición de la propia profesora, que pidió a su clase un dibujo para una máscara de Halloween. (Les recomiendo la lectura de periódico de Savannah enlazado pues no tiene desperdicio).

Mi pregunta es sencilla: ¿acierta o se equivoca la profesora al preocuparse por el dibujo del niño?, ¿no sería más preocupante que el niño, frente a la petición de máscaras para Halloween, dibujara una casita con su camino y su chimenea humeante?.

Todos aquellos, padres y madres, que pasan por aquí, ¿cómo lo ven?, ¿qué pensarían si su hijo/a dibujara un dibujo exacto al de arriba? ¿se preocuparían, les gustaría?

¿Nos estamos volviendo locos?, ¿lo estamos haciendo bien con los niños?.


Hace un año: Pollas, un manual de granadino


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