Pensaba que era una historia de ésas que te cuentan por contar, pero no, tecleo en internet y veo que es cierto.
Les cuento.
Me han contado que este mismo volcán que ahora abre y cierra aeropuertos, jugando, travieso, con las procedencias y los destinos, fue el causante de la mismísima Revolución Francesa. Con un par, sí señor.
Por lo visto, sí, en 1783 una erupción descomunal del volcán islandés Laki, en la misma zona que éste de ahora, Eyjafjalla, cubrió con cenizas mucha parte de Europa, lo que provocó que los cultivos quedaran desolados. La hambruna fue tal que desembocó en los cortes de cabeza que alumbraron la Revolución por antonomasia.
Copio directamente de el blog El día de la Marmota:
Año 1783, Islandia. Laki, un volcán con nombre de perro, entra en erupción. Durante ocho meses, sus entrañas se revuelven y no pasa un solo día sin que escupa fuego. En el aire, una descomunal nube de cenizas se expande más y más hacia el sur. El monstruo de humo rápidamente cubre los cielos de Noruega, Alemania, Francia y Gran Bretaña.
Muchos años después de la erupción, las tierras europeas aún son incapaces de dar un solo fruto. El peso de la ceniza aplastó las primeras cosechas y los gases del volcán provocaron meses de lluvia ácida que destrozaron los cultivos. Los granjeros todavía no han levantado la cabeza después de que casi todos sus animales pereciesen, víctimas del flúor y el azufre que todo lo contaminó. El pueblo francés, por ejemplo, se muere de hambre y está muy, muy enfadado. Tanto que termina cortando la cabeza a su rey, Luis XVI, e instaurando la Revolución Francesa. El resto (igualdad, fraternidad, libertad, Ilustración y República) es historia.
La historia viene de Joan Martí (enlace)
Yo, por mi parte, sobrevivo gracias a Enrique Vila-Matas y a su Dublinesca (Seix Barral. 2010) (a todo esto, no se pierdan los tres especiales sobre Dublinesca en El lamento de Portnoy). Ando encantado, eso sí, con menos horas de sueño. Les dejo una pequeña casa de citas que la otra noche me tuvo riendo (descojonado) un buen rato:
No sabe si hundirse en el periódico y leer las declaraciones de Magris o hablarle al taxista y preguntarle algo bien raro: por ejemplo, si ha paseado ya hoy por el bosque, o ha jugado al backgammon, o ha visto mucha televisión.
Hace un año y un día: Auto-autopsia
7 comentarios:
A mi el volcan me tiene alterada, aunque ayer en la tele dijeron que ahora se prevé que empiecé a echar lava y menos cenizas...
yo estoy con manuel vilas, me está haciendo gracia pero no tanto como pensaba.
Besos.
Gracias, Viola; si uno lo piensa, da un poco de miedo lo del volcán y es hermoso: cómo estamos sujetos, a pesar de tantísima civilización y avances, a las fuerzas naturales.
A mí Vilas me vuelve loco, soy un devoto desde hace ya siglos y su última novela me encantó, aunque quizás, sí, ligeramente inferior a Zeta o España. En todo caso, es un soberbio poeta, que nadie debería perderse.
Mil gracias por tus comentarios, Viola. Un beso :)
Yo creía que los volcanes no iban a despertarse nunca y que estaban extinguidos. En Granada tenemos el de Sierra Elvira, mira que si por simpatía empieza a echar lava, pués apaga y vámonos. Que curioso lo de la Revolución francesa no tenía ni idea. Un beso.Mam.
Hola
Dublinesca tiene un planteamiento supperior, un nudo desatado y un desenlace magnífico
Saludos
Pedro
La cita estupenda. Lo del volcán creo que la naturaleza anda cabreada, con toda la razón, la pobre. Un beso. Cuti
La historia, tan circular que espanta. Un saludo.
Dublinesca. Du-bli-nes-ca.
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