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No sabrías teclear esa sensanción de ir vaciándote a la vez que te llenas de todo lo que queda. Época de descreimiento, sabes que casi todo es nada.
Una semana antes de cumplir los 44, allá por enero, me recetaron gafas para ver y mirar de cerca, para leer. ¿Otro ciclo? ¿Más de lo mismo? ¿El argumento de Gil de Biedma?.
Un niño de 2 años y una mujer de 67 merendando en una terraza, tomando un batido. ¿Hablando de qué?. Lo hipnótico de ese encuentro en mitad de una tarde atónita de tanta magia.
Una novela en la que sólo se cuente lo previo.
Un poema que cuente todo lo posterior, lo que está más allá de todo esto.
Esperas el calor y, con los años, has llegado a detestar el frío, la lluvia, lo oscuro. ¿Otro síntoma?.
Encontrarle un sentido, sí, pero, ¿a qué?
Un paseo entre los pinos. Las lluvias últimas han dejado los caminos repletos de barro.
El día se ha alargado y la tarde debería ser un columpio desde el que ayudas a subir, desde el mar, a una chica desnuda.
Eso sí: sobrevives a base de Sin Fang, y de su disco Summer Echoes.
9 comentarios:
A ver si en mi próximo viaje consigo algo de música para sobrevivir también, pero no me engañas, sobrevives por más cosas ;-) un beso grande. Cuti
NB que me gusta esto "Esperas el calor y, con los años, has llegado a detestar el frío, la lluvia, lo oscuro. ¿Otro síntoma?."
A mí me dan miedo esos "síntomas", sobre todo cuando me invade la sensación de que solo pueden ir a peor.
En fin, encontraremos otras muchas cosas por las que sobrevivir.
Espero.
El texto es esperanzador, aunque pueda parecer lo contrario, y la fotografía de cabecera es estupenda, preciosa. Saludos.
Me encantó tu frase: "La tarde debería ser un columpio desde el que ayudas a subir desde el mar, a una chica desnuda".
Y si además la acompañas con esa foto, pues mejor. Un abrazo.
También esto que nos dices hoy es un poema; nos cuentas sensaciones, instantes de vida y detrás de todo eso un pensamiento, el tiempo que transcurre inexorable y, todavía, nos saluda con sorpresa, y yo y tu en medio de todo eso.
Un abrazo.
Gerardo Venteo
Bueno: pues me gusta el grupo; me gusta la chica; y me gusta sobre todo tu texto. Cada cumpleaños más inspirado, amigo. fuertes abrazos, Andrés.
Andrés, te recomiendo la lectura de esas Vidas Prometidas que recomienda el sindroemchejov. Es un libro cercano, humano, poético, de los que te hacen disfrutar bastante, recuperar el placer de la buena lectura y te desrubre que hay algo más nteresante que la guerra civil, los caballeros medievales, los policias del este y los esotericos. No te defraudará, ya me lo dirás.
German
Buenos días,
He entrado en su blog, escogiéndolo al azar entre las múltiples recomendaciones que da Vila-Matas en su blog-en-web. Tan solo quería felicitarle.
Concretamente este texto, en mi humilde opinión, creo que está muy bien. Venía yo también pensando últimamente en el vacío. Y me decía: “tal vez la vida sea una lucha por no quedarse vacío, sin volverse loco en el intento”. He creído ver parte de esta idea en su primera frase: “ir vaciándote a la vez que te llenas de todo lo que queda”. Aunque ese llenarte de todo lo que queda sea algo inevitable y trágico.
A parte, las dos frases sobre lo previo y lo posterior. Un tema poco común, muy inspirador, un hilo del que podría usted tirar.
Y casi al final, esa imagen de la vida: “El día se ha alargado y la tarde debería ser un columpio desde el que ayudas a subir, desde el mar, a una chica desnuda.”
En definitiva, creo que usted consigue con su texto, darle profundidad a la vida, llenar el vacío.
Los conejitos suicidas, geniales. La carta infantil, maravillosa, con ese final lleno de vida. El humor de Forges, para combatir un poco tanta realidad. Y “The Black Keys”, para cuando realmente necesitamos un subidón, para cuando se nos acaben las fuerzas.
(Todo visto escuchando “Upside down”.)
Continuo con el trabajo, realmente inspirado.
Gracias,
Joan
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