viernes, marzo 14, 2008

A propósito de las vacaciones, un tema de The Do: On my shoulders

Niños, niñas, viernes de dolores y este artefacto se va a tomar un descansito, aunque no comienzo mis vacaciones -si es que lo son- hasta el martes santo.

Tengo que confesar dos cosas, a saber:

Que me sigue extrañando la pervivencia de una festividad como la semana santa en un país como éste. España es un lugar extraño que sigue sacando las imágenes religiosas a las calles. No lo critico, que conste, pero me resulta rara la tremenda afición que generan las procesiones, los pasos, la música de marcha... A ver si me explico: no me resulta tremendo que salgan las procesiones a las calles, no (cosas más raras se hacen). Lo que me llama la atención es el gentío que convocan, el baño de multitudes que se dan esas imágenes en su vuelta anual. Eso sí, que cada cual disfrute con lo que quiera. Es lo bueno que tiene esto.

Que no me gusta nada la semana santa, ni las vacaciones de semana santa, y vaya por delante que no le hago ascos a ningún festivo, feriado, libre, etc.

Unas vacaciones que no son son sino un puente (si uno vacaciona, como es mi caso, de jueves a domingo), no son vacaciones. Mucho jaleo para nada. Siempre he optado por quedarme en casa, dormir algo más y no hacer nada algo más de la cuenta. Sin embargo, por motivos que no vienen al caso, me comprometí hace un par de años a pasarlas con mi familia (madre, hermanas y sobrinos), en un sitio donde poder estar juntos unos días. Con lo que volveré a marcharme a La Alpujarra (no sé por qué, últimamente siempre lo leo en plural: Las Alpujarras; entiendo que se deberá a que hay dos: la granadina y la almeriense, pero siempre ha sido en singular y ahora siempre es en plural y no, no me gusta nada, no señor).

Pero no me gusta la semana santa. Y no es nuevo. Me acuerdo de cuando era más joven e iba a la playa, era quasi-horrible (cuando uno es joven casi nada es horrible). Aquella playa no era mi playa. El invierno le daba unos colores -preciosos- que no eran los que recordaba del verano anterior, había un viento que desdibujaba el paseo, el horizonte, y el mar tenía otro color, menos azul. Las chicas no estaban bronceadas y siempre les daba por ponerse unos jerséis (¿jerseys, jerseyes?) enormes con los que ellas pensaban que estaban monas, muy monas, pero, claro, al joven que fui maldita la gracia que le hacía no pillar cacho siquiera visual. No, no era esa mi playa.

Más tarde, la facultad y la semana santa estudiando para algún parcial que siempre había inmediatamente después. No tengo mal recuerdo de aquello, no señor. Pijamita y música, y charlas larguísimas al teléfono con Martínez, luego con Miguelito en una época dorada y opositora. Lo más que hacía era tomar un helado en Los Italianos (la mejor heladería del mundo está en Granada) para comenzar una temporada larga y perfecta de helados de limón y chocolate.

Ayyyy, la semana santa, donde todos los días son santos, extraños, ajenos, con cera en el pavimento y olor a incienso, tristes, solemnes, con ese viento que mece las capas de los penitentes.

Así que poco más, niños y niñas. Les dejo un temita de The Do, un grupo francés que he estado oyendo esta semana, irregular, pero con esta canción que destaca, On my shoulders.

Como diría Pussy, el que me quiera ver, que me busque en Bayacas, muy cerca de Órgiva. No faltará un vaso de vino, un poquito de jamón y lo que se ponga por delante. Que ustedes descansen y disfruten. Niños, niñas, muchísimas gracias por sus visitas, por su tiempo, por sus comentarios. Es un placer contar con ustedes y, como siempre digo, lo mejor de esta casa, sus clientes. Abrazos, muchos, y besos, muchísimos. Avanti.



Hace un año: Confesión, un poema de Álvaro García

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13 comentarios:

Miriam G. dijo...

Me encanta la semana santa, siempre me ha gustado, en Ponferrada por matar judios, ¡ay esa bárbara costumbre leonesa de beber y beber cuando todo va mal y cuando todo va bien! Y la malagueña me encanta, pero si hasta estamos pensando los amigos en alquilar un balcón. Ayer mismo decía que una de las cosas con las más disfruto es con la legión cantando soy el novio de la muerte, no me preguntes por qué. Este año no me pierdo el desembarco. Antes iré a ver el cambio de guardia de Mena...

No tengo que aclararte que es un fenómeno extraño, que nada de lo militar me gusta, pero ¡ay la legión!

Un beso, Miriam G.

Anónimo dijo...

Ay Enrique, no te justifiques tanto y acéptalo: ¡éste es un extraño país! Con La Alpujarra te pasa lo que a mí con Las Ramblas: ¡me voy a pasear a Las Ramblas! No hijo no, a La Rambla, que Rambla, hay una.


Órjiva (si es que sigue como antes, cosa dificil en este extraño país) es precioso: disfrútalo, y siento no poder pasarme a disfrutar de tu hospitalidad, pero me queda un poco lejos. ¡Abrazos! Am

Anónimo dijo...

La cosa es que el On my shoulders de The Do me recuerda enormemente al Light my fire de The doors, pero como puesto en negativo. (Me gustaría tener un lenguaje musical más técnico, pero creo que me-se entiende).
Yo empiezo a asociar la Semana Santa con el campo, la chimenea encendida, mis sobrinos compartiendo juegos con mi perro y el potaje de vigilia de mi suegra.
Un beso. M.

Anónimo dijo...

Habrá potaje, M, habrá potaje, que eso es de una de las mejores cosas que hemos cogido en estos dos años. A mi la S. Santa me parece de un salvajismo asombroso, cada año sacar al pobre Cristo a recordale lo que sufrió, y esa Virgen llorando amargamente de nuevo, tremendo. Los Italianos ya los estrené el lunes y hoy prometo ir de nuevo, sospecho que voy a tener una temporada llena de helados. Un beso y a pasadlo bien. Cuti

Miriam G. dijo...

Esto no viene a cuento. Pero llevo toda la semana intentando acordarme de ponerte M. una canción de los piratas, que seguro que conoces:

http://www.goear.com/listen.php?v=fcfb3cb

Las manzanas nos la hemos adjudicado casi todas:
http://www.manzanasazules.com/foro/viewtopic.php?t=7707

Un beso, Miriam G.

el loco oficial dijo...

Buenas vacaciones, las mías empiezan en 2 horas...estaré ausente de la blogosfera unos 10-15 días...
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Que pases buenas vacaciones, descanses mucho, comas aún más (tocan las torrijas), y no engordes nada.

P.D. La clave de verificación que me da blogger es OSOWC. ¿¿Qué significa eso?? ¿Los osos usan el W.C.??

Anónimo dijo...

Pues a mi me gusta la Semana Santa. Soy del Sur me gustan las imágenes desfilando.Me emocionan las Bandas, las saetas me hacen llorar. Pero la segunda parte de la Semana Santa es para mi familia. Además del potaje de vigilia, habrá habas de granada. Un beso. Mam

thirthe dijo...

aunque sean pocos días, que los disfrutes!"!

Aku Caracoles dijo...

Que razon tienes, lo iba yo comentando con una amiga polaca y otra rumana, al vivir fuera de espanha, me voy dando mas cuenta de que somos un pais raro raro raro...

Isabel Barceló Chico dijo...

Supongo que la extrañeza ante esas multitudes que convocan las procesiones depende mucho de cual sea la experiencia de cada uno o, mejor dicho, del punto de vista que adoptemos ante ellas. Para mí que esas imágenes tienen algo de totem tribal, nos agrupamos en torno suyo, ejecutamos nuestros ritos y nos reconocemos como grupo humano. Parte de esos ritos es la comida. También yo me apunto a esta segunda parte, que reconforta tanto... Que disfrutes mucho. Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Hola Enrique, esta tarde, de pronto, descubro que en tu blog, en alguna ocasión, has hablado de Memoria azul, de Manuel Vela y de Gerardo Venteo. Me pone muy contento saber que alguien todavía recuerda un proyecto en el que tanto Jorge Morcillo como Yo, pusimos tanta ilusión y empeño y que, al fin alcanzara su objetivo y que todavía, por lo menos uno de los participantes que integraban la carpeta, lo recuerde.Pues bien, me gustaría retomar el contacto contigo. Soy Gerardo. con Pepe Gilabert sigo manteniendo algun contacto todavía y me dice que en ocasiones charlaís. En una ocasión te dije que tengo algo para tí. Todavía lo guardo.

Pussy Galore dijo...

que disfrute las vacaciones, enrique

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