miércoles, octubre 27, 2010

Fuera (The Pines: Tremolo - II -)

Me acuerdo de ellos y sonrío.

¿Qué sienten, qué piensan, cómo son, qué les mueve para acceder al día desde el juego y cerrar los ojos tras el juego, el ir y venir, las risas, la actividad frenética del que sabe, desde el desconocimiento, que no hay que parar, que hay que seguir, y jugar, y reír, y disfrutar, que no tiene sentido dormir la siesta, sentarse, reposar, si hay cerca un columpio, una rampa que subir corriendo, alguien al que hablar, un simple plato que golpear con el tenedor ?

¿En qué momento dejamos de buscar el juego?

¿Por qué no buscamos el juego todo el tiempo?

¿En qué momento, cuando tuvimos delante un plato y un tenedor dejamos de pensar en hacer ruido y pensamos en comer?

Es ese momento el que busco.

Para saber qué pasó.

¿Para darle la vuelta?

¿O será que ahora el juego es justo esto: anotar, al compás de una melodía dulce que te bate en el pecho, que hubo un tiempo de juego, que ya no está?




Hace un año y un día: Casa de citas: Juan Bonilla

8 comentarios:

Mentha Spicata dijo...

No creo que ese juego termine de forma voluntaria ni consciente. Más bien empieza el tiempo a llenarse de obligaciones y "cosas serias", de reflexión, sentido del ridículo y ganas de ser adulto, de deberes, deportes y televisión. El tiempo ocupado y organizado sustituye al juego salvaje y perruno de los primeros años, hasta enterrarlo en la arena de una playa llena de castillitos desmoronados. Todos tenemos en la trastienda un parque de atracciones abandonado, como el de Coney Island, que ya nadie usará jamás (ni siquiera los hijos, que tienen el suyo propio), y al que sólo podemos volver como turistas nostálgicos (eso sí, sin tocar nada, por favor) cuando algo -como una cicatriz sobre una ceja en recuerdo de una frenética tanda de saltos sobre la cama- o alguien nos recuerda que sigue ahí.
Linda entrada. Un beso.

Anónimo dijo...

Que bonita entrada. Ayer por la noche pensaba en los cambios que va dando el enano; ayer justo fue la primera noche que el enano se durmió solo en su cama, poco a poco; yo entraba a mirarle, me miraba, sonreía y cerraba los ojos, así hasta que se durmió solo. Me dieron ganas de llorar. Me da pena que se vaya haciendo grande. Poco a poco van cambiando las cosas. Ya no huele a bebé, añoro ese olor. Ya dice reloj bien, antes decía una palabra incomprensible pero muy graciosa. Ya dice "hola" y no "hona". Justo hoy tengo nostalgia de esa niñez, aunque sé que me queda mucha aun para estar con el, y gracias a el he vuelto a recordar la mía y soy algo más niña de nuevo. Un beso. Cuti

NB menudo rollo que he soltado, pero es que ha sido la entrada que hoy no necesitaba....

Anónimo dijo...

Preciosa entrada. He revivido esos juegos, primero con mis hijos y ahora disfruto como si hubiera vuelto a la niñez con mis nietos enseñándoles canciones, hacer tiendas de campaña con mantas, jugando al escondite, etc. Hoy me ha gustado hasta la música, gracias. Un beso. Mam.

Curso Digitalización dijo...

Es eso, al volver a tener hijos es cuando revivimos todo eso que tenemos dentro. Los niños anhelan ser mayores y eso implica dejar esos juegos atrás, y luego aquí estamos echandolos de menos y buscando cualquier excusa para unirnos con nuestros hijos a esos juegos de nuevo. Preciosa entrada.

Miriam G. dijo...

Yo creo que no he abandonado esa etapa me temo, ja, ja, ja...

Un beso, Miriam G.

Marsu dijo...

Cuti, guapetona, cada edad tiene sus maravillas, ya lo verás.

Me estoy riendo sola con eso de que Andresillo no huele a bebé. ¡¡Qué será cuando llegue a los 15 y huela a chotuno!!

Carlos dijo...

Hola amigos. Os dejo un link de mi blog, pensando discos

http://pensandodiscos.elvarapalo.com/

El vuestro, fenomenal. Un saludo

Anónimo dijo...

Buenísimo...


William´s daddy

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