Un comentario de Esther y un vistazo al blog El escritor y sus críticos, me ha llevado a leer de nuevo este poema, La Condena, de Felipe Benítez Reyes, que no había leído desde hacía bastante tiempo y que me ha gustado aun más, si cabe. Lo dejo aquí.
LA CONDENA
El que posee el oro añora el barro.
El dueño de la luz forja tinieblas.
El que adora su dios teme a su dios.
El que no tiene dios tiembla en la noche.
Quien encontró el amor no lo buscaba.
Quien lo busca se encuentra con su sombra.
Quien trazó laberintos pide una rosa blanca.
El dueño de la rosa sueña con laberintos.
Aquel que halló el lugar piensa en marcharse.
El que no lo halló nunca
es desdichado.
Aquel que cifró el mundo con palabras
desprecia las palabras.
Quien busca las palabras que lo cifren
halla sólo palabras.
Nunca la posesión está cumplida.
Errático el deseo, el pensamiento.
Todo lo que se tiene es una niebla
y las vidas ajenas son la vida.
Nuestros tesoros son tesoros falsos.
Y somos los ladrones de tesoros.
De Felipe Benítez Reyes ya me he ocupado por aquí alguna vez (enlace + enlace)
Hace un año: Casa de citas: Paul Gauguin
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6 comentarios:
Magnífico. Un beso. M.
No tengo muy claro, compa Enrique, si es ilusionante o desesperenzador, pero, desde luego (y al igual que la fotografía), sí que es muy hermoso.
Un fuerte abrazo.
No sé como definirlo, pero me sobrecoge por su grandeza. Un beso.Mam.
Pue yo creo Enrique que al final es qe nadie estamos contentos con lo que tenemos.Que simplicidad pero me ha salido la vena pragmatica.La fotografía es un lujo,casi siempre el mar...Un beso.C
Y por eso, los polos opuestos se atraen.
Tenemos mucho, pero no lo que ansiamos porque la esencia de lo que ansiamos está, precisamente, en que no lo poseemos.
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