Poema de amor
Ni imaginabas una voz
ni tenías un hueco.
Nunca supiste que la plana
nerviosa de los días
tiene letra de mimbre,
que el idioma terrible de las horas
es sólo un tiempo entre paréntesis,
un balcón desde el que mirar,
el banco donde esperas.
Porque la dicha, a veces, puede ser
un rastro en el pasillo, la huella de un lavabo,
el agua hirviendo sola en la cocina.
Ni imaginabas una voz
ni tenías un hueco.
Sin embargo, anota que llegó
como llegan las aves y las olas,
sin noticias, sin trampa, sin misterios.
Cuenta que se quedó.
Escribe que te trajo
un tiempo que se escribe con su nombre,
un país de hierba y cielo,
el calendario exacto de las horas felices,
el dulce idioma
de su existencia.
Hace un año y un día: Páginas Amarillas (X): Restaurador
Hace un año: Casa de citas: José Guillermo Ánjel
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6 comentarios:
"Porque la dicha, a veces, puede ser
un rastro en el pasillo, la huella de un lavabo,
el agua hirviendo sola en la cocina." Justo eso. Un beso. Cuti
Precioso poema. Un beso. Mam.
¡Qué pasada!
Besos
Raquel
El verso que más me gusta es "un país de hierba y cielo". Aunque no lo mencione, la hierba se imagina verde y espesa, y el cielo azul intenso, y esto te lleva a un día soleado, de brisa primaveral, en el que todo es tranquilo, plácido, y no hay lugar a la tristeza. Un beso. M.
Resulta realmente evocador el poema con esos tintes casi "zen", contemplativos con el tiempo y con la llegada cálida de los días. Me ha gustado mucho.
que poema tan precioso !! que bonita la imagen y la palabra mimbre!
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