martes, julio 01, 2008

Cultivos, de Julián Rodríguez

Me gusta la trayectoria de Julián Rodríguez (Ceclavín, Cáceres.1968). Sin pausa, ha ido abordando diversos proyectos narrativos que se pueden agrupar en dos: novelas (reeditadas en un volumen único: Lo improbable y otras novelas -Debolsillo 2007-) y un ciclo con tintes autobiográficos que bajo el título (muy sugerente) de Piezas de resistencia, ya había recibido el libro Unas vacaciones baratas en la miseria de los demás (Caballo de Troya. 2004) y ahora se suma este Cultivos, editado por Mondadori. Además, ha escrito poesía, que traeré por aquí pronto.

Cultivos es una especie de cuaderno de notas en el que Julián Rodríguez, como si sembrara con esa técnica de lanzar al aire -el nombre técnico no lo recuerdo-, ha dejado caer una autobiografía (él dice exactamente memorias prematuras), una serie de ensayos sobre el proceso íntimo y técnico de una narración fallida, que enmarca una poética sucesiva a lo largo de todo el libro, varios libros de viajes, un estudio soberbio sobre la música y el relato de la enfermedad y muerte de un amigo.

Además, es un canto, épico y lírico a un tiempo, a los últimos restos de una sociedad rural, de la vida en los pueblos pequeños (Extremadura) y de las historias que llegan al narrador y que, a través de él, van -ahora sí- a vivir para siempre. Aquí, habría que volver a John Berger, a su trilogía De sus fatigas (trilogía que, a años vista, me sigue pareciendo lo más deslumbrante que he leído), autor al que Rodríguez nombra, consciente de un empeño y un aliento que no difiere en demasía.

Cultivos es un libro extraordinario. A mí me ha interesado, sobre todo, lo que tiene de apertura del interior de narrador. Pocas veces podemos asistir, como lectores, al proceso de creación de una novela a la par que vivimos el momento o momentos vitales del propio autor. Julián Rodríguez lo muestra y convierte a Cultivos en una delicia para el que que quiera mirar a través de esa cerradura que el autor abre.

Por todo eso, niños y niñas, no duden con este Cultivos para su equipaje veraniego.

Les dejo enlaces a algunas reseñas y a un par de entrevista con Julián Rodríguez. Copio, además, este pequeño fragmento:

La avena es valiente.

Esta frase, que parece un verso, no un buen verso, la repiten con dos horas de diferencia, el mismo día, los dos hermanos de mi padre, Pedro y Victorio.

La avena es valiente, se da bien, crece en la peor tierra y también en la tierra húmeda.

La alfalfa necesita una tierra "algo mejor", dicen.

El trigo necesita la mejor tierra de que se disponga.


Crítica de Santos Sanz Villanueva en El Cultural (enlace)

Reseña en Palabra y voz (enlace)

Reseña en el blog de Rafael Reig (enlace): divertido e inteligente, Reig habla de este libro como de poética de supermercado.

Audio de una entrevista (enlace) en Mar de fueguitos

Entrevista en El periódico de Extremadura (enlace)


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4 comentarios:

Manuel Márquez dijo...

Tal como lo cuentas, compa Enrique, dan ganas de salir pitando a la librería más próxima a agenciárselo. Ay, cuánta lectura pendiente (y cuán poco tiempo disponible...).

Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Ya ahora estoy con el segundo de tus regalos de estas navidades, por ahi voy aun, lo entremezclo con libros de crianza (falta me hace aprender algo de esto...), pero este verano creo que caerá, voy a apuntarlo y a regalármelo estas rebajas. Un beso. Cuti

Anónimo dijo...

Como estoy terminando el último libro regalo de Reyes, me compraré este para este verano.¿Crees que estoy a la altura?. Un beso.Mam.

Francisco Ortiz dijo...

Una literatura muy viva, muy táctil, por lo que parece. Saludos.

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