martes, febrero 20, 2007

Dos poemas de Extraño abordaje ( VIII )



Como una especie de bodegón de objetos abandonados y, por tanto, sin sentido, este poema hacía una especie de inventario del abandono y de lo que se abandona. Ha sido una obsesión desde siempre: el óxido, el gesto de los muebles fuera de su sitio, cuando se arrinconan en un trastero, las cajas de cartón, el embalaje. Creo que quería hablar de lo que el tiempo deja sin sentido, de lo que arrasa (De hace menos de un año hay otro poema sobre este tema, que pondré por aquí otro día).

Desde la humedad de tus ojos
indicio permanente de un otoño
han caído tierras mojadas.
Han caído
las despensas vacías que miraron
cómo el viaje las despojaba
fuga definitiva
y el vacío ordenado en los estantes
ya fijos.
Han caído
muebles antiguos
que estuvieron en el portal
oscuro de un invierno
de miradas extrañas
cruzándose
desgastándolos más
ceremonia perenne de silencio.
Han caído
las bicicletas engrasadas
para el año siguiente
en el final de una cochera
tan vieja
como esta tierra estéril
que sólo engendra deterioro.

___

También un intento de plasmar algunos aspectos de lo contemporáneo (que, tras 15 años, veo como una antigualla). Son sólo pistas, como imágenes que aparecieran un instante en un aluvión. Creo que había algo de cierto en esa indiferencia, en el destierro, en la falta de lugares -aldeas- y en ese fuego solo, sin historias alrededor que alguien contara. Un intento, también, de anotar, de no juzgar, de contar algo a alguien.


Cae la noche como los kilómetros

que marcan la distancia entre dos sitios
indiferentes
carretera que va a ninguna parte
viajero que lo vas perdiendo todo
mientras conduces
al ritmo de esa música
contemporánea
que suena como el grito
de un hombre abandonado que camina
el bosque cruel de su destierro
mientras contemplas
páramos silenciosos sin aldeas
el fuego solo
que arderá sin historias
en la noche tan larga
de tu valentía viajero
desposeído.


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21 comentarios:

Miriam G. dijo...

Como siempre me han gustado mucho. Especialmente la imagen de las bicicletas "las bicicletas engrasadas
para el año siguiente"


Un beso, Miriam G.

Enrique Ortiz dijo...

Gracias, Miriam. Eso te sonará, seguro. Mira el texto del libreto del Ultimo Concierto, en una especie de homenaje que se llama La libertad y su precio. Un beso, Miriam.

Olvido dijo...

Había leído auí alguna poesía suya, pero antes no sabía de él. Sin embargo alguna foto suya si me era conocida.Gracias.
Buen día

Miriam G. dijo...

Alguna vez lo he leído ;-)

"Último concierto tiene un olor a toldos recogidos, a bicicletas plegadas y engrasadas al final de un garage para el próximo verano."


Un beso, Miriam G.

Enrique Ortiz dijo...

¿y cuántas veces has visto el concierto? ;-). Estoy preparando algo con instrumentales y quiero poner Palo cortao. Un beso, Miriam.

Olvidooo, hija, para una cosa que escribe une, eso sí, hace mil años, y le das la paternidad al bonder, que,bueno, con toda seguridad lo haría mejor a la vista de lo visto. Un beso, despistada.

Enrique Ortiz dijo...

donde dice une, debe decir uno. Uff, qué día, se ve que llueve.

Miriam G. dijo...

Nunca ha salido el tema, pero llegué aquí no por la lista, si no despues de leerte esto:

http://sisolomusica.blog.com.es/2006/07/02/091_ultimo_concierto~927556

Un beso, Miriam G.

Enrique Ortiz dijo...

Gracias, Miriam, no lo conocía, fíjate. Qué amable Mismoyo 13. De todas formas, sea como sea, me alegro de que estés por aquí :))

Un beso fuerte.

Olvido dijo...

Sin comentarios. Quiero morirmeeee jajaj. Es que era muy temprano (vale la excusa Quique), esto lo penaré de alguna manera, lo sé. Sorry. Luego lo leo con calma que ya no me quiero precipitar. Soy un auténtico despiste;-)
Un besazo

Anónimo dijo...

html
¡ Que recuerdos tan buenos me traen los dos poemas, de manera especial el segundo, casi me lo sabía de memoria. Eran muy buenos tiempos para mi. Un abrazo. Mam

Anónimo dijo...

Tambien eran buenos tiempos aquellos para mí y recuerdo haberlos leido.C

Anónimo dijo...

Muy bueno el despiste de Olvido, lo q me he reído esta mañana, se agracede. Gracias Olvido.

Precioso el 2º poema, cuanta cosa en tan pocas líneas. Un beso grande. Cuti

Olvido dijo...

Oye Quique que me han gustado mucho los poemas de ese tal Enrique Ortiz (jeje) . Precioso lo de
“Cae la noche como los kilómetros
que marcan la distancia entre dos sitios
indiferentes”
Aunque tengo dudas si este poema hubiera sido más fuerte en primera persona.
Además he sido buena y he vuelto a leer los otros ‘Extraño abordaje’ (VI y VII).
Gracias Quique… por cierto ya toca publicar algo no?.
Un beso y buena tarde

Cuti gracias por tu magnanimidad y si ha valido para hacer unas risas, mejor;-) (aunque yo me he reído algo menos jaj.

Enrique Ortiz dijo...

Gracias, mam y cuti. Que os traiga recuerdos de mejores tiempos es normal, claro. Un beso a las dos.

Olvido, ya te daré yo a ti... Es normal es despiste, tampoco explicaba demasiado. Me gusta lo que dices de la primera persona, pero la tesis del libro se sustentaba sobre la segunda persona. Creo que era que me había impuesto y que tenía cierto sentido desde un planteamiento evolutivo. Con más calma lo explico. Sí toca publicar algo; a ver a ver si voy terminando alguna cosa, pero no lo sé, estoy cómodo así. Un beso y buena noche, despistada.

Anónimo dijo...

a mi tambien me encanta el oxido y lo abandonado, me encanta hacerle fotos a fabricas viejas, a la arqueologia industrial.

Enrique Ortiz dijo...

Sra. Pussy, soy un adicto a sus carpetas del Flickr y, de hecho, tengo guardadas algunas de sus fotos para si algún día me da permiso y las pongo por aquí. Me encantan. Un beso.

Anónimo dijo...

Mi preferido es el segundo!

Enrique Ortiz dijo...

Gracias, Alvy. Es un poema especial para mí porque intenté algo que no había hecho. Un abrazo.

Francisco Ortiz dijo...

Me gusta mucho esa presentación, que es un viaje en la memoria. Y algunos versos, como estos dos: "y el vacío ordenado en los estantes /
ya fijos" le tocan a uno, le inmiscuyen.

Anónimo dijo...

Buen sabor de boca... No han envejecido nada mal.

Esperamos la nueva hornada. Con hambre de aquel horno de S. Miguel bajo, a las 6 de la mañana...

Dom

Enrique Ortiz dijo...

Gracias, Francisco. El viaje está siempre presente, aquí y allí, mientras que los estantes son fijos. Un abrazo fuerte.

Dom, no sé, no sé, como decía Cernuda no encuentro lo que amo en lo que escribo ni encuentro lo que escribo en lo que amo. Un abrazo.

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