jueves, octubre 11, 2007

Ayer, una historia, y Facto Delafé y las Flores azules en La luz de la mañana

Ayer tenía que ir a Madrid temprano, pero no tan temprano como para no pillar algo de atasco. Vivo en un extrarradio y trabajo en otro extrarradio (lástima que no sea el mismo) por lo que mi camino de ida y vuelta al trabajo, necesariamente en coche, y a deshoras, es tranquilo. Sin embargo ayer, en la concurridísima Carretera de la Coruña, volví a ver a gente muy loca, muy desesperada, corriendo demasiado donde no se podía correr (jugándose la vida, sí, por llegar a tiempo al trabajo) Vi nerviosismo, desesperación y un mundo loco, muy loco, insanamente loco. Nos hemos instalado en un sitio peligroso, alojados en un sinsentido diario tan frenético que no nos deja detenernos un segundo para darnos cuenta de que tendríamos que parar.

Cumplí con mis obligaciones laborales, como un día cualquiera, y de vuelta definitiva (ya había estado para comer) a casa a las siete de la tarde, cansado, muy cansado (con ese cansancio físico que ya te pide ducha y pijama, horizontalidad) decidí volver a salir, coger el coche (las desventajas del extrarradio) e ir a comprar el nuevo disco de Facto Delafé y las Flores azules, su flamante La luz de la mañana (Music Bus / Warner. 2007)

Me bastó oír en el coche, de vuelta de nuevo a casa, esa unión perfecta a través de un parón entre la canción segunda, Desde el Este, y la tercera, La luz de la mañana, para saber que hay otra vida más allá de la locura laboral de esa mañana, que hay gente empeñada en vivir, por encima de todo, gente que es capaz de extraer diamantes de una sábana tendida, de un rayo de luz que entra un segundo a través de una ventana. Gente que se detiene y mira, gente con ganas de gente.

Contento, emocionado, feliz, muy feliz, reconfortado, en paz. Así me hicieron sentir Facto Delafé y sus flores azules mientras escuchaba el disco. No creo que se pueda pedir más, no. Que la música pueda traspasarte, ponerte en tu sitio, devolverte las ganas, emocionarte hasta erizarte la piel, es difícil. Sin embargo, ellos lo consiguen fácilmente, tienen ese don para llegar.

Como hacen ellos al final del disco (ya lo hacían en La fuerza en su disco anterior), gracias Marc (Facto), gracias Oscar (Delafé) y gracias Helena (las flores azules). Dale gas, dale gas, dale gas.

En su página de Myspace (enlace) se puede oir el tema Gigante, de este disco. Como mañana es fiesta y descansa el blog, pongo otra vez el vídeo de El indio (también del nuevo trabajo) y una actuación donde interpretan Enero en la playa. Al final, vuelvo a poner La fuerza, de su disco anterior. Para completar lo editado en vídeo, pongo Mar, el poder del mar, y la canción La Juani (en el disco es diferente el comienzo) para la banda sonora de la peli. Sed felices y feliz puente.

El Indio



Enero en la playa



La fuerza



Mar el poder del mar



La Juani



Hace un año: Un poema de Extraño abordaje (II)

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8 comentarios:

Anónimo dijo...

Justo por eso te mandé ayer el mail pidiéndote ese favor, justo por eso: bajé a la playa a trabajar estresada, malhumorada y a la vuelta, en radio 3 pusieron Gigante, me devolvió al sitio donde quiero estar, a la tranquilidad de lo cotidiano, a lo bonito de todos los días. Gracias por traérmelo hoy aqui de nuevo. Un beso. Cuti

SMK dijo...

Los conozco de su blog, Enrique, y lo digo que ha sido un gran presente para mi. Muchas gracias!

Un beso.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Me alegra encontrar personas que creen que hay seres con ganas de vivir, seres que hacen música excelente como la que nos recomiendas, gente que todos los días cuando abren los ojos, son capaces de empezar de nuevo con una sonrisa en el alma y una esperanza nueva.
Pasaré a visitrte más asiduamente,
Saludos.

Francisco Ortiz dijo...

Que la música nos haga abrir más los ojos, nos dé esa alegría para seguir viviendo la convierte en la más importante de las artes a mis ojos. Ojalá a los de mucha gente. Qué bien lo cuentas en esta entrada. Un abrazo.

Ana Pérez Cañamares dijo...

Pues yo ayer, en tu honor, me pegué una panzada y me vi los vídeos con mi hija, y me puse de un humor resplandeciente. Ahora, como canción, me sigo quedando con Mar el poder del mar. Y para redondearlo, vi el corto de Javier Fesser para Unicef: Binta y la gran idea. Alegre, conmovedor, poético...

Enrique Ortiz dijo...

Gracias a los cinco por vuestros generosos comentarios (se me acaba de borrar un agradecimiento a cada uno, uffffff). Un beso. Bienvenida, Casa encendida. Te visito enseguida.

cervinia dijo...

me quedo con enero en la playa; pero "la fuerza" me apasiona,
gracias por los videos.
beso

Jesús Alonso dijo...

Me interesa esta gente. Gracias por la reccomendación.

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