miércoles, julio 16, 2008

El oso, de Moris

Tendría que hacer un especial de Moris (Mauricio Birabent), un rockero argentino que yo conocí cuando ya había emigrado a España, con su disco de 1978, Fiebre de vivir (que hoy sigo escuchando).

El oso pertenece a su disco de 1970, Treinta minutos de vida, y es un tema del que se han hecho multitud de versiones. Yo conocía la que aparecía en una peli que me encanta, Tango feroz (sobre la historia de otro rockero argentino, Tanguito), y que cantaba -creo- su hijo, Antonio Birabent.

Dejo la dos versiones y la letra.

El oso

Yo vivía en el bosque muy contento,
caminaba, caminaba sin cesar.
Las mañanas y las tardes eran mías;
a la noche me tiraba a descansar.

Pero un día vino el hombre con sus jaulas
me encerró y me llevó a la ciudad.
En el circo me enseñaron las piruetas
y yo así perdí mi amada libertad.

"Conformate -me decía un tigre viejo-
nunca el techo y la comida han de faltar.
Sólo exigen que hagamos las piruetas
y los hijos podamos alegrar."

Han pasado cuatro años de esta vida.
Con el circo recorrí el mundo así.
Pero nunca pude olvidarme de todo,
de mis tardes, de mi bosque y de mí.

En un pueblito alejado
alguien no cerró el candado.
Era una noche sin luna
y yo dejé la ciudad.

Ahora piso yo el suelo de mi bosque,
otra vez el verde de la libertad.
Estoy viejo, pero las tardes son mías.
Vuelvo al bosque, estoy contento de verdad.








Hace un año: Derek Walcott: Love after love

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5 comentarios:

Manuel Márquez dijo...

Madre mía, compa Enrique, Moris, éste sí que es un recuerdo "potente", vaya que sí. Qué "pechás" de bailar aquello del "sábado a la noche, ya cobreeeeeeeé....." (aún casi gastaba biberón, eso sí). Éste y Makaroff son, de entre la amplia legión rockera argentina, dos de mis favoritos, dos auténticos cracks. En cuanto a Tanguito, es una peli que no he visto, pero que siempre tengo presente a cuenta de una broma particular entre mi mujer y yo, que desarrollamos desde hace años; una de esas pequeñas chorraditas domésticas con las que, más allá de decisiones trascendentes y momentos solemnes, uno teje la convivencia cotidiana (es decir, lo importante). Y lo dejo, que me estoy yendo por las ramas, creo...

Un fuerte abrazo, compa.

P.S. por cierto, y sin ánimo de chinchar, ¿tú no habías dicho que se había acabado eso de actualizar todos los días? Y no lo digo en plan de queja, ojo, que yo, "encantao" de la vida...

Miriam G. dijo...

¡Qué grande Moris! Y que casualidad yo estoy preparando, desde hace meses la verdad, un especial de versiones sabbado a la noche...

Un beso, Miriam G.

Anónimo dijo...

La letra es desoladora, en cualquier sentido. Como en la honda y tristísima pantera de Rilke, aunque con final casi feliz. Abajo las jaulas, los circos, el cautiverio, la opresión, los guantánamos y las fiestas con animales acosados. Un beso. M.

Anónimo dijo...

guau! Vaya canción, me grabaste la banda sonora de Tango Feroz en una cinta a la que le saltaron los cachitos de cromo y niquel de tanto ponerla. No sé porqué, desde hace un par de meses me volvió a la cabeza la canción y sin mucha razón. Me hace gracia que la pongas ahora. La original no la conocía, pero me quedo con la del hijo, quizá porque es la que tengo en el recuerdo.

Un abrazo

Anónimo dijo...

creo que no hace falta que la letra es una alegoria de la sociedad actual

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