martes, enero 22, 2008

Cine: La soledad, de Jaime Rosales

Tengo un poco abandonado aquí el tema del cine. No porque no vea películas, que las veo, sino porque, o bien no me gustan (realmente me gustan muy pocas), o bien no me inspiran una línea (evidentemente por culpa mía, no de la peli). La última película que me gustó fue La vida de los otros (muy recomendable, si alguien no la ha visto).

Este fin de semana he visto La soledad (2007), de Jaime Rosales (Barcelona. 1970), que me ha entusiasmado. Ya había visto la otra película de él, Las horas del día, de 2003, que me pareció un ejercicio inteligente, una reflexión profunda acerca de la normalidad y de cómo se compone de muchos hechos anormales y extraordinarios.

La soledad me parece una obra extraordinaria que fija su mirada en la intimidad y nos la muestra de una manera implacable, objetiva, pero llena de recovecos, de matices emocionantísimos. Ya he escrito alguna vez aquí (haciendo de adivino torpe) que la literatura que venga, o el cine, incluso la música, debe partir de la intimidad porque en un mundo como el nuestro, tan absolutamente globalizado y estándar, es la intimidad la que es capaz de percibir el matiz de nuestra historia.

El argumento es muy sencillo: Adela sale de un León rural para irse a vivir a Madrid con su hijo de 13 meses, después de separarse. Allí conoce a Inés, con quien comparte piso. Antonia, la madre de Inés, que regenta una pequeña tienda de comestibles, tiene otras dos hijas: Helena, que está buscando cómo dar la entrada para un apartamento en Torrevieja, y Nieves, a quien le han detectado un cáncer. No hay mucho más, sólo un par de acontecimientos extraordinarios -que no contaré, claro- (que, como en Las horas del día) que se incrustan en la normalidad.

A través de la cámara asistimos al despliegue de algunos días y momentos de estos personajes, deambulamos, con ellos, sin saber por qué, ni qué buscamos. Nuestra posición como espectadores es de privilegio. La cámara de Rosales se coloca de tal forma que vemos todo como si estuviéramos dentro de la historia, en la habitación de al lado, viendo y oyendo lo que nos dice esta gente que acabamos de conocer. Utiliza una técnica, polivisión, que consiste en dividir la pantalla en dos y colocar la cámara en dos sitios, con ángulos diferentes. Pongo un fotograma que encuentro en Notodo.com


Y he hablado de privilegio porque me ha quedado esa sensación un par de días después de verla. Me explico. Uno, durante sus días, conoce gente, conoce historias, trozos de vida que, inevitablemente, van componiendo la nuestra. Son retales emocionantes que van quedando atrás, y otros vendrán. En una película como ésta tenemos la oportunidad de asistir a varios trozos de esas historias. La peli arranca y termina en un punto absolutamente indeterminado (no hay planteamiento, nudo y desenlace porque en la vida tampoco lo hay), pero podemos, a través de la mirada de este director, asistir a esa intimidad, que es lo que me interesa, apasiona y emociona.

Jordi Costa ha dicho de ella que es una obra maestra. Para mi es película enorme, enhorabuena al director.

Pongo algunos enlaces a blogs y páginas de cine en los que pueden profundizar y remontar mis torpes palabras sobre esta película:

Otro cine: enlace

Hoy cinema: entrevista con Jaime Rosales: enlace

Notodo.com: enlace

Moonfleet: enlace

El ascensor de cristal (crítica negativa, pero que, en mi opinión, se equivoca, pues no es realismo social lo que propone Rosales, ni basta con abrir el periódico o poner el telediario para ver lo mismo que vemos en esta peli) : enlace

Contrapicado.net (que enlaza de una forma excelente una de la partes de la película, El ruido de fondo, con la definición de Don Delillo de esa angustia que llevamos todos dentro): enlace

He rebuscado en el soberbio blog del compa Manuel, pero creo que todavía no ha hablado de esta película. Habrá que esperar...


Hace un año: Dos poemas de Extraño abordaje (VI)

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15 comentarios:

Miriam G. dijo...

Pues no, no me suena que Manuel haya hablado de ella, tampoco me suena en general. Estoy desconectadísima del cine. Bueno, voy bastante, pero no creo que cosas como "Encantada" puntúen como película.

De todas formas, me la anoto. Me gustan las películas en las que no pasa nada, sólo personas.

Un beso, Miriam G.

Anónimo dijo...

Bueno Quique, pues hoy 'he pasado' de leerte jaj, porque quiero verla aún y no quiero saber nada de nada antes. Luego ya te diré. Pero me ha valido solo el principio para recordarme que la tengo pendiente y saber que te ha gustado.
Un beso y buen día

Anónimo dijo...

Las visto en DVD, no? es para buscarla en el video club, que tengo ganas de una buena película en casa, tranquila y cambiar un poco de Los Soprano, que es lo único que veo hace meses ya, salvo Alvi y las ardillas, que, como a Miriam, tampoco puntua y si lo hace, es en negativo....un beso

NB: Miriam, la canción de Los Hermanos Dalton escrita por Lapido, es increible, que fuerza tiene, gracias por el descubrimiento y perdonadme que use este blog para este comentario, pero ya sabeis que mis medio ultimamente están limitados y cuando funcionan debo abusar de ellos.

Anónimo dijo...

Lo de "las visto" es por darme prisa, eh?? pero q faltas mas gordas cometo todos los días...

Enrique Ortiz dijo...

Pues esta, Miriam y Cuti os va a gustar. Es distinta, con unos silencios poderosísimos que te dejan pegado a la butaca, léase sofá. Un beso a las dos. Pero, Miriam, todas las pelis cuentan. Las de niños son, alguna vez, geniales. Yo estoy entusiasmado con La novia cadáver, de Tim Burton, que vi hace unos días. Otro beso a las dos. Cuti, sí, en Dvd, si quieres te la llevo dentro de un par de fines de semana. (oferta que hago extensiva a todos, ehhh)

Olvido, mira que eres, ehhhh. Conste que he hecho el post con un cuidado extremo para no revelar ningún detalle, ehhhhh (además, he evitado el trailer porque era demasiado explícito). Un beso y espero que cuentes algo cuando la veas. Te va a gustar, estoy seguro :))

Anónimo dijo...

Aunque creo que es demasiado reiterativa (también hay que saber cuándo meter la tijera, y a ésta creo que le hubiera venido bien una duración algo menor) creo que es una inmensísima película.

Éste es el cine, o al menos una parte del cine, que debería tener este país. El problema es que nunca será posible porque un espectador medio no está preparado ni mental ni cinematográficamente para verla. No es, desde luego, una película fácil. Ahora, si uno entra... es una experiencia inédita y reveladora.

Enrique Ortiz dijo...

Gracias, Matías. No estoy de acuerdo en lo de la tijera (a mí se me hizo corta; de hecho, necesitaba algo más), pero puede que tengas razón. Me alegra lo que dices sobre la peli y sobre el público. Pero este cine es verdadero cine, lenguaje de la imagen. Un abrazo muy muy fuerte, Matías :)

Aura dijo...

Hace tanto que no veo una película posterior al año 85 (ésto lo incluyo como riña a mí misma). Intentaré verla, ya que pocas veces recomiendas películas y te comento... Eso sí, el cartel es horroroso :)

Enrique Ortiz dijo...

Jejeje, sí, tiene razón, no me gusta. Hubiera estado mejor otro, no sé, se me ocurren muchos a partir de los fotogramas, cualquier cosa. Espero que le guste, Aura. Eso sí, no hay tanto cine que ver después del 85. Muy poquito. Un beso.

Anónimo dijo...

Pues si es de estas tomas en las que la cámara se queda, literalmente, en un solo espacio, como si solo quisiera dejar transcurrir el tiempo, es seguro que la disfrute. Me gusta cuando no pasa nada: cuando parece que no pasa ni se cuenta casi nada. Me gusta cuando la historia, la trama, el argumento son secundarios, y hace que algunos se despisten: olvidando que del silencio, y de la angustia, y del tedio también se puede hablar. La última que me vi en esta dirección fue Una Pareja Perfecta de Suwa. Pero la que me ha parecido más hipnótca fue Goodbye Dragon-inn.

No sé, el poster de la película si me deja con comentarios: el silencio y la inacción son, me parece, coloridos.

saludos,

Anónimo dijo...

Dos apuntes interesantísimos tuyos y al margen de la película, querido E.O.

"(...) en un mundo como el nuestro, tan absolutamente globalizado y estándar, es la intimidad la que es capaz de percibir el matiz de nuestra historia (...)" y

"(...) no hay planteamiento, nudo y desenlace porque en la vida tampoco lo hay (...)"

o, en mis palabras, decir que quien escribe (y siente) bien y sincero es... capaz de decir cosas estupendas hablando de realmente cualquier cosas, como si es de los quioscos de pájaros de las Ramblas.

Vamos, que hoy estabas especialmente inspirado, estimado poeta. Un abrazo, Andrés

Recaredo Veredas dijo...

"La soledad" no solo es la mejor película española del año sino, como mencionas, un alarde de precisión y de matices, difíciles de captar por una cámara. Saludos.

Enrique Ortiz dijo...

Malvisto, bienvenido. Seguro que la película es de tu agrado pues tiene todo eso que cuentas. Los silencios, creo, son esenciales en el cine y no hay películas que te dejen ese espacio. Buscaré las pelis que comentas. No las conocía. Un saludo, muchas gracias por tu comentario y enhorabuena por tu blog, que voy a ver despacio.

Andrés, muchas gracias. Sé poco de cine, casi nada, por eso intento suplirlo con algunas sensaciones y reflexiones que me deja esta peli. Me alegro mucho de que te guste. Te tengo abandonado, amigo. Me pongo al día enseguida. Un abrazo muy muy fuerte.

Recadero, es un gusto tenerte aquí, y, claro, un honor. Me gusta lo que dices de precisión y matices, pues es eso, justo eso, lo que vi en la película de Rosales. Un saludo y muchas gracias por el comentario.

J. M. dijo...

en su día escribí algo,http://rumoresysombras.blogspot.com/2007/07/la-soledad-de-jaime-rosales.html
ya no sé si pienso lo mismo; en cualquier caso se trata de una de las pelis que más me han afectado,
saludos

Marcel Celmar dijo...

Pelicual aburrida como pocas. Un verdadero monumento a la desidia. Más castigos le serán dados en
www.le-criticon.blogspot.com

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