miércoles, enero 09, 2008

La alambrada de mi boca, de Ana Pérez Cañamares ( III )

La segunda parte del libro de Ana Pérez Cañamares, que se llama Dos, está compuesta por once poemas que (sin quebrarse uno mucho la cabeza) podríamos calificar como poesía de temática amorosa, aunque, claro, la trasciende por muchos motivos. El principal es que no se limita al hecho amoroso, sino que presenta esa aventura vital rodeada de unas circunstancias: amigos, casa, trabajo, padre, hija... pero también, en unas figuras con mucha fuerza: cabañas, cordilleras, flores, ortigas, etc.

Lo que más me gusta de esta parte es la forma que tiene de enlazar con la primera y ese triángulo madre-hija-hija -del que hablé por aquí- y hacerlo parte de un binomio esencial: tú y yo, de forma que el triángulo queda convertido, a través de la magia de estos poemas, en un cuadrado o, mejor, en un pentágono, pues la poeta asiste, a través de los versos, a otras facetas de ese yo que escribe.

Pero no complicaré lo sencillo. Se trata de una serie donde los poemas indagan y llegan al fondo de una relación amorosa que se desarrolla en un aquí y ahora, lleno de contradicciones (como el símil del secuestro en el poema que dejo) y de cotidianeidad, y repleto de intimidad, esa intimidad cuyo inventario es uno de los principales de los retos que tiene la poesía de nuestro tiempo para que tenga sentido.

Dejo el poema El amor, a veces. Se trata de un poema soberbio y muy acorde con el ritmo y el tono de todo el libro.


El amor, a veces


El amor es a veces
a media tarde de un día que nos ha visto madrugar
que nos ha visto inmolarnos en aras de una nómina
a final de mes
el amor es a veces
este secuestro
un cansancio triste y apagado que me toma por rehén
un esperar que me liberes
sin haberte mandado una señal
sin que nadie haya puesto precio a mi rescate
sin que el zulo haya tomado rostro de agujero
sino la limpia y anodina cara de nuestro cuarto.


Hace un año: A propósito del atentado, "Lleno de ruido y furia", un poema de Carlos Marzal

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11 comentarios:

Manuel Márquez dijo...

Si lo prometido es deuda (y creo que lo es), sigo siendo deudor, compa Enrique; dije que me pasaría por la cibercasa de Ana para felicitarla y aún no lo he hecho. Y la cuestión es que cada poema suyo que reproduces, me da un motivo más para hacerlo. A ver si me enmiendo...

Un fuerte abrazo.

Enrique Ortiz dijo...

Gracias, Manuel. A Ana le gustará esa felicitación, mucho, pero, bueno, hay tiempo; lo bueno de los libros como éste es que duran siglos, así que no te preocupes. Creo, además, que todos somos conscientes de que en esto de los blogs andamos siempre como locos y es imposible estar al día en comentarios, en agradecimientos, en abrazos. Este medio requiere una rapidez que no siempre es posible, compa. Un abrazo muy fuerte para ti.

Miriam G. dijo...

Manuel, Ana es una tía cojonuda, glups perdón, de verdad le encantará tu felicitación.

El poema es brutal, todos lo son.

He observado, y vosotros sois un buen ejemplo, pero tengo más ¡eh! Que a quien le gusta Ana le suele gustar Lapido y viceversa. Estoy elaborando una teoría al respecto. Ja, ja, ja.

Un beso, Miriam G.

Enrique Ortiz dijo...

Hay que ver qué cosas tiene esta Miriam, aunque a lo mejor va a ser cierto y eso desde dos puntos de vista: a la gente, le suele gustar lo exquisito, y ambos lo son. Lenguaje directo, sencillez y brillantez, emparejan a los dos. Un beso, Miriamcita.

Pussy Galore dijo...

y otras veces, el amor es la carcel.

Anónimo dijo...

Con determinado tipo de poesía, como esta, me pasa siempre lo mismo, siento envidia (sana, eh?) de no poder escribir yo eso que es algo tan cotidiano, que lo sientes casi cada día, impotencia de no poder decir esto tan bonito y que parece tan sencillo (eso si, se compensa con una ironía que nada tiene de fina, no?) Un beso y apunta este para el próximo regalo, que falta poesía en mi casa

Enrique Ortiz dijo...

O el demonio, querida Pussy, es lo que tienen estas cosas :)), según vaya la cosa y según se mire. Un beso, Pussy.

Cuti, no queda muy bien eso de "falta poesía en mi casa", pero, bueno, habrá que llevarla, en forma de libro aunque sea :) Un beso, Cuti.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Un buen poemario el de Ana Pérez. Reequilibrio. Osadía, desnudez, autenticidad, compromiso, amor, rebeldía, ajuste de cuentas, memoria, poesía al fin y al cabo desnarcotizada, próxima.

Y tu blog tiene buenísimas entradas, como la de Belen Gopegui buena novelista y excelente analista socio-cultural.

Un abrazote,

Viktor Gómez

Te bloggeo en mi espacio, en el referente: "blogs que resisten". Asi podremos seguir la información y los poemas que por aquí habitan.

Enrique Ortiz dijo...

Muchas gracias, Viktor (te conocía de algún comentario del blog de Ana). He estado buceando un poco en tus varios blogs y, claro, hago lo mismo y te incluyo aquí. Estaré atento a tus poemas, Viktor. Un abrazote, sí señor :))

Víktor Gómez Valentinos dijo...

De alguna manera tejemos redes, de alguna manera retroalimentamos la utopía y la poética de una sociedad violentamente cercenada de 'sueños amables y justas palabras'.

Me alegra estar en tu blog, se parte de esa laridad que construyes tan esmerada y reconfortantemente para los lectores y compas.

Un abrazote,

Tu Víktor

Txe Peligro dijo...

la presentación del libro fue muy emocionante, con el bukowsky club entregado...

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