Creo recordar que mi primo, el de Volando vengo, ya lo puso en su blog (que tengo abandonado; eso sí, me pondré al día), pero lo reproduzco aquí, sacado de la cita al poema Telegrama, de José María Alvarez.
"Un joven jardinero persa dice a su Príncipe:
- ¡ Sálveme! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahan.
El bondadoso Príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el Príncipe encuentra a la muerte y le pregunta:
- Esta mañana, ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?
- No fue un gesto de amenaza -le responde-, sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahan esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan."
Hace un año: Un hombre sin patria, de Kurt Vonnegut
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12 comentarios:
yo también tenía algo abandonado su blog Enrique, en el que siempre encuentro, entre otras cosas, alguna buena lectura con la que deleitarme (por cierto gracias por P. Michon). Aprovecharé para ponerme al día. Buena foto la del post de hoy.
Yo como no pienso morirme...
Un beso, Miriam G.
Bonita manera de contar lo que no tiene arreglo, no?, pero no deja de ser un tema feo, feo, así como yo tampoco me pienso morir, ea. Un beso. Cuti
Como la vida misma..
Pues yo sí pienso morirme, ea. No me voy a quedar para simiente...Si ya me he estropeado a los ...taitantos, cuando sea una vieja pelleja dará pena verme (pena no, ¡asco!). Y como no quiero dar pena ni asco, cuando ya lo tenga todo atado y bien atado, voy, y me muero ;)
Anda, ¿Y qué vamos a hacer las tres solas cuando se muera toquisqui? Necesitamos un cuarto/a para jugar al mus.
Un beso. M.
Yo por eso nunca huyo ;)
Pues vais a parecer la(s) momia(s) de Tutankamon.....jugando al mus.
Buena memoria, primo. Sí ya lo publiqué no sé cuándo ni por qué motivo. Pero siempre es una delicia releer un gran cuento sobre el destino implacable.
No te tengo en cuenta que no me visites (lógico con tantas actividades). Yo casi a diario abro tu blog y no te comento pues cada vez tengo que abrirme una cuenta nueva y es un engorro.
Otra cosa, volandovengo es junto.
Un abrazo.
Me gusta la foto y su tratamiento puntillista.
Quizá el jardinero en lugar de mirarla a los ojos debía haberle arrebatado la guadaña, también era su instrumento de trabajo no?;-)
Gracias Quique, bonita foto.
Un beso
Olvido
Mi Jean, mi querido Jean... Que ilusión me ha hecho encontrármelo aquí, y además que tenía preparado algo suyo para publicar el viernes en mi blog. Que hermosa coincidencia.
Quizás habría que recordar que es un cuento tradicional, más viejo que qué. Sale en Las mil y una noches y se han hecho miles de versiones...
El fragmento aportado es el que utilizó una firma editorial de libros de texto, de cuyo nombre no puedo acordarme, para promocionar sus productos.
Una bonita historia.
Un saludo!!
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