Muy buena noticia la publicación en castellano de Un día perfecto (Anagrama.2008), de Melania G. Mazzucco (Roma.1966).
(Vaya por delante que uno es adicto -y no imaginan cuánto- a las novelas corales, donde el protagonismo recae sobre un grupo de personajes que se cruzan con más o menos fortuna narrativa. La colmena, de Cela, o la película Short Cuts, del grandísimo Altman, son dos ejemplos, muy vivos además, de auténticas proezas de construcción).
Articulada en un tiempo, exacto, de 24 horas, donde cada capítulo es una hora, y en torno a dos familias, los Buonocore y los Fioravanti, la novela es un fresco apasionante de la vida en Roma (que podría ser la de cualquier lugar), de sus gentes, de sus costumbres, de su ir y venir diario, de sus pesares, de sus miserias y de sus pequeñas conquistas, que también podrían ser las de todos nosotros.
Abrir una novela con una cita de Bush y de Lou Reed es apostar fuerte y Mazzucco lo hace y, claro, gana (se agradece la ambición desde la que parte la novela). Porque en ese fresco que dibuja en las líneas -y lo más importante, entre las líneas- ha podido abarcar y construir una realidad que es la del occidente contemporáneo. La familia, sí, como trasunto de la importancia de esa palabra en la voz de los políticos actuales, pero también su derrumbamiento.
No piensen en una novela ensayo, no; aunque la realidad política italiana suena de fondo, no es eso lo que busca Mazzucco, sino el latido mismo de unas cuantas vidas que van de un lado a otro, erráticas en una ceguera donde sólo de vez en cuando aparecen algunas luces que, como en el poema de Quasimodo, Ed è subito sera, desaparecen enseguida.
Un político de éxito a punto de dejar de serlo y su guardaespaldas; sus mujeres, una deambulando entre el lujo y el vacío y la otra, ya ex-mujer, a punto de ser despedida de un trabajo basura; sus hijos, entre la protesta, la más absoluta soledad y la incomunicación; en medio de todo, algunos destellos: de amor, de caridad, de comprensión, pero siempre, llenándolo todo, el desmoramiento de los sueños, la caída en picado de nuestras vidas, también la muerte, la tragedia, como subrayado de lo que es real. Sí, es eso, esta novela es un trasunto de una realidad apasionante y loca, terrible y hermosa. No se la pierdan.
Les dejo algunos enlaces para profundizar en ella:
En este enlace pueden leer una entrevista con la autora.
Entrevista en El País, por Miguel Mora (enlace)
Crítica de Jacinta Cremades en El Cultural (enlace)
Magnífica reseña en Moleskine literario (enlace), que recoge las palabras de Luciano de Mello
Hace un año y dos días: Donde se habla de amor, de parejas, de bicicletas, de mujeres, de gatos, de sonrisas y risas (con un poema de José María Álvarez)
Hace un año y un día: Lo de innominioso, Faemino y Cansado + Buenas noticias: Lucky, de Nada Surf
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6 comentarios:
Pues habrá que ponerse con este libro. Muchas gracias.
Buen y cortito (que pase pronto)lunes.
Besos
Raquel
Es un gran libro, Raquel. Gracias por la aclaración :)) porque si no otra vez pensaba que la entrada era corta :)) Besos también para ti.
En cuanto tenga ocasión me lo compro. Un beso. Mam.
¿Y por qué a mí en mi cumple me regalan mamotretos pseudo-bestseller espantosos? Gracias a Dios, suelen venir con el nunca-suficientemente-alabado ticket regalo para que me los quite de encima en cuanto tengo un momento para bajar a los madriles...y así puedo cambiarlos por libros "de verdad".
Ves, en esto es más fácil hacerte caso; en lo de la sobrasada con nocilla o la guarrería culinaria ésa de la que no me acuerdo... en eso ya me atasco ;)
Mam, creo que te va a gustar; pero eso sí: es gordito, ehhh. Besosss.
Gracias, Marsu; éste es un buen libro, con una forma de mirar, entre otras cosas, la denominada violencia machista, muy muy buena; creo que te va a gustar; no sé si más o menos que la sobrasada con colacao, no lo sé :))) Un beso.
Pues creo q esta vez si q me lo compro, esta tarde mismo q tengo q ir a recoger otro en la libreria q iba contigo en gran via, Antártica cre q se llama. perdon por minusculas y falta de acentos, enano en brazos. un beso. cuti
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