viernes, enero 09, 2009

Una canción: Flightless bird, de Iron & Wine

Hay canciones y canciones (mal empiezo) y me resulta difícil contar aquí lo que siento al oír esta absoluta obra de arte, Flightless bird, de Iron & Wine.

Telémaco, autor de De la lluvia 2.0, me descubrió esta versión en directo. Conocía la del disco (que, por cierto, ahora pone de moda una peli de vampiros juvenil -Twilight-; aquí pueden escuchar esa versión del disco).

(A todo esto, en mi guarrimix nº 1, puse Each coming night de Iron & Wine -enlace-)

Telémaco dice que cuando la oye se siente desnudo de artificios y descubre al niño que fue y al anciano que, si todo va bien, será.

Llevo un par de días intentando poner aquí una aproximación a lo que siento cuando la escucho, hablar de ese escalofrío que me recorre por dentro mientras pienso en lo que es bello y hermoso, triste y terrible.

Todo aquello que sepa transmitir -como esta canción- la tremenda alegría y tristeza a un tiempo que supone el hecho de estar vivo, siempre contará con mi aplauso.

Sigo escuchando y el frío se alarga como la arena en medio de nada; escucho y creo en algo que no sé, en la verdad de una melodía tal vez, en lo que permanece más allá de todo y queda y a veces regresa y te envuelve desde siempre y hasta siempre.

No sé, anoto algo que no sé explicar y debería; pienso también en el talento y en la gracia de lo que es de verdad a pesar del artificio; toda obra, toda existencia, cualquier vida debería aspirar a esto, a este especie de relámpago en medio del mar oscuro, en mitad del mar oscuro.




Y no mucho más, queridos niños y niñas; el frío que tenemos encima subraya el invierno, la luz macilenta de ayer, la madrugada iluminada por un cielo helado y naranja. Irá a mejor, claro, y la semana que viene, lluvia desde el martes. Hay muchas cosas de las que hablar y que me dejo: dos niños alemanes de 6 años -acompañados de un hermano menor que iba a ser el padrino- se escaparon a Brasil para casarse donde hiciera calor, el bikini de la nueva novia de Felipe González, las ayudas monetarias que pide la industria del porno, las declaraciones de Borja Thyssen, en fin... Gracias por su tiempo, por su generosidad. Les deseo un buen fin de semana. Besos y abrazos.

Hace un año y un día: El padre de Blancanieves, de Belén Gopegui

Hace un año: La alambrada de mi boca, de Ana Pérez Cañamares (III)

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8 comentarios:

Manuel Márquez dijo...

El "resumen de noticias", que diría Silvio Rodríguez, que haces en tu párrafo de cierre, antológico: hace cierto aquel aserto del "otro mundo es posible" (qué leches posible; cierto, real...). Y gracias, compa Enrique, por el tema musical; buen fondo para un fin de semana gélido.

Feliz año, feliz bida y buen fin de semana.

Enrique Ortiz dijo...

Cómo me gusta esa canción, querido compa: "he estado al alcance de todos los bolsillos porque no cuesta nada mirarse para dentro..." Una maravilla, la traeré por aquí. Feliz bida, desde luego :)) Un abrazo muy muy fuerte (aquí ya está nevando y olé)

Anónimo dijo...

Ojalá aqui nevara, no imagino mejor viernes-tarde que encerrada en casa con mis dos hombres, viendo nevar y escuchando esta canción y muchas otras.

Que maravilloso párrafo último, pero la noticia de los niños alemanes no la he oído, es cierta?.

Un beso. Cuti

Anónimo dijo...

Una canción preciosa, gracias.

En Madrid (Plaza de Catilla) también nieva.

Buen y fresco fin de semana

Besos
Raquel

Pablo Gallo dijo...

Vaya, Enrique, resulta que ayer mismo, en una biblioteca municipal, me hice con el disco de Iron & Wine en el que aparece este tema que hoy cuelgas, y que es una maravilla.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Me quedo con tus sensaciones sobre lo que supone estar vivo, y con las incomparables esperanzas de los niños alemanes.

En mi pueblo ya está todo todo blanco (y a estas horas en el tuyo también, porque acaba de llamar mi madre cantándome en alemán una canción del colegio sobre la nieve, he creído que se había vuelto loca por el frío o algo, jejeje).

Buen finde, no te enfríes, y como siempre mil gracias por la música y la poesía.

Anónimo dijo...

Por lo que a mi respecta, esos niños alemanes son unos traidores. Yo creo que por aquí se está perdiendo la raza. Hoy en la mañana por Munich iba al trabajo con 11 bajo cero. Eso si, un sol muy rico...

Disfrutaré de la canción este finde. Genial el resumen de noticias... ¿Cuánto queda para ver al ex-presi contando sus quereres en la noria? Horterillas semos...

Feliz Finde

Enrique Ortiz dijo...

Cuti, eso de tus dos hombres te ha quedado muy mezcla peli del oeste, peli porno :)). En casa se está genial, pero hay que pasear la nieve, que para eso está. Besos, enana.

Qué cercita, Raquel. Muchos besos y buen finde :))

Pablo, cómo me ha gustado esa coincidencia; Iron & Wine es un grupazo, bueno, Sam Bean es un genio; busca los discos anteriores, verás cómo disfrutas. Un abrazo :)) y enhorabuena por esa edición.

Ayyyy, Marsu, qué nevadón, qué nevadón; sobre las 10, viendo que me iba a tener que quedar en el curro a dormir, me fui, A1 hacia Madrid; tuve atascazo, pero llegué a casa a comer, qué gusto. En Majadahonda no ha nevado tanto, lo justo para dar un buen paseito con Mus y volver heladicos. Un beso y buen finde. Ya nos cantarás por aquí esa canción alemana.

Funes, eres un destroyer. Eso sí, todos buscamos el calorcito, hasta esos enanos alemanes que, fíjate tú, querían ir a Brasil, qué cosas. Creo que por allí estais mejor que aquí, así que ya sabes: abrígate y a comer. Un abrazo muy muy fuerte, muchacho :)))

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