martes, mayo 27, 2008

Tarkovksy


Al ver esta fotografía se me han venido de golpe mil recuerdos, mil sensaciones. Pertenece a una de las películas más maravillosas jamás filmadas: Sacrificio (Offret), de Andrei Tarkovsky. Pongo la escena final, donde suena una de las música más hermosas jamás escritas: La pasión según San Mateo, de Johann Sebastian Bach. Otro día hablaré de ambos. Hoy basta con las imágenes, que no estropearé.



Technorati Tags:

Blogalaxia Tags:

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando me recomendaste esta película, hace ocho años, descubrí a Tarkovsky y descubrí a Ortiz. Fue un buen hallazgo :)
Un beso. M.

Anónimo dijo...

Pero, si pones la escena final, no se estropea la película? preguntaré en mi video club. La fotografía preciosa. Un beso. Cuti

Anónimo dijo...

Me has dejado sin palabras. Que manera tan relajante de empezar parte del día. Un beso.Mam

Anónimo dijo...

¡Qué belleza!

Un beso

Enrique Ortiz dijo...

Gracias, M. Es importante esta peli para mí, muy importante. Hace mucho tiempo que no la veo; a lo mejor me pongo a ella de nuevo. Un beso :)

Cuti, da igual el final o el principio, esta peli tiene un argumento sencillo, que se puede contar. No hay sopresas, giros, trucos de última hora. Así que nada de spoilers, puedes verla tranquila. Un beso, Cuti :))

Mam. pues fíjate que no he puesto ni traducido lo del Eclesiastés, que es esto:

“Todo tiene su momento, y todo cuanto se hace debajo del sol tiene su tiempo. Hay tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar y tiempo de curar; tiempo de destruir y tiempo de edificar; tiempo de llorar y tiempo de reír; tiempo de lamentarse y tiempo de danzar; tiempo de esparcir las piedras y tiempo de amontonarlas; tiempo de abrazarse y tiempo de separarse; tiempo de buscar y tiempo de perder; tiempo de guardar y tiempo de tirar; tiempo de rasgar y tiempo de coser; tiempo de callar y tiempo de hablar; tiempo de amar y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra y tiempo de paz”.

Olvido, muchas gracias :) Sabía que te iba a gustar y no sé si me acuerdo que tú alguna vez pusiste alguna foto de Tarkovsky o hablaste de él. Un beso :))

Anónimo dijo...

Aparte de la belleza inmarcesible (ya tenía ganas de usar esta palabra alguna vez) de las imágenes, la frase: "todo regalo representa un sacrificio ¿qué clase de regalo sería si no?" me impactó y se me ha quedado grabada (con lo dificil que es eso con mi memoria de pez amnésico). Es una película PERFECTA.

J. M. dijo...

compré una caja que me costó un ojo de la cara, pero me merece la pena pues la tengo como una joya; casi mejor que el resto, que ya pone el listón alto, Solaris, Stalker... y al ladito de algunas de Sokurov, que es otro tipo acostumbrado a rozar lo sublime...

Enrique Ortiz dijo...

Mv, gracias, qué alegría verte por aquí. Dejé de usar inmarcesible desde aquello de Fellini, en su Amarcord, cuando el niño está deletreando griego, creo, y al final de esa palabra (creo que era esa) escupe. Sí, lo del sacrificio, lo del regalo, qué maravilla de Tarkovsky. Un beso :))

Jose m, gracias. Hay cosas que hay que comprar, cuesten lo que cuesten (bueno, he exagerado), pero las pelis de Tarkovsky merecen un hueco en la estantería, un tenerlas a mano para cuando hagan falta, que suele ser muy a menudo. Y ahora que lo dices, no he visto a Sokurov, con lo que paso a buscarlo. Un abrazo fuerte :))

Anónimo dijo...

Guau.

Enrique Ortiz dijo...

Jejeje, gracias Marsu :)) Me ha encantado ese comentario. Un beso :)

Blogalaxia Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.