miércoles, junio 06, 2007

Páginas amarillas (I): una explicación y dos poemas


Una explicación


Siempre he querido que mis libros respondan a necesidades de mi biografía, que se sustenten solos y que se alejen, en lo posible, de mí. Este alejamiento ha sido un proceso: de un yo a un tú y a un vosotros, para llegar a un nosotros. En Páginas amarillas quise no impostar la voz y que fueran los propios protagonistas de los poemas los que hablaran, siendo yo un mero intermediario: una primera persona que no era la mía.

El embrión de este libro estaba en Tatuajes, una serie de poemas que ensayé y que eran, en esencia, poemas muy cortos que fueran susceptibles de ser tatuados en el cuerpo. Ni que decir tiene que abandoné pronto el proyecto y ello a pesar de que algunos poemas se fueron publicando en varias revistas.

La sucesión lógica fue Páginas amarillas. Mi incorporación al mundo laboral en 1993 fue el detonante. Trabajar tiene muchas cosas malas, pero, en esencia, una muy buena: el conocimiento de vidas ajenas, penetrar en ese círculo de intimidad que va a ser la historia de los próximos siglos. Como escribió Goethe (y esta es la cita que encabeza el libro): "Todo está ahí y yo no soy nada". Eso es importante para mí, y lo sigue siendo, a pesar de que la última serie de poemas que he escrito, como una especie de El retorno del Jedi, vuelven a un yo.

En Páginas amarillas quise hablar de esas vidas ajenas, de sus grandezas, de sus bajezas, de los miedos y las esperanzas, de las alegrías, de las penas. Nada más. Y quise hacerlo con un lenguaje sencillo y directo, tal y como lo contaría el protagonista de cada poema.

Escrito entre 1993 y 1995, Páginas amarillas permanece inédito por muchas, extrañas y variadas razones, a pesar de haberse publicado casi íntegro en distintos sitios. Aunque hoy pueda chirriarme, creo que puede publicarse aquí. Poner un libro inédito en este blog creo que es la mejor forma de que vea nuevamente la luz.

Los poemas se corresponden con las ocupaciones de las páginas amarillas de Telefónica y van ordenados alfabéticamente. Pensé que era una buena idea y hoy no voy a corregir semejante disparate.

Disculpad el rollazo.

Abandonada/o

Este dolor,

este agrio páramo,

este domingo sin teléfonos.


Y lo peor de todo:
estas malditas cosas
preguntándome

dónde te habrás marchado.

Y no se cansan
de preguntarme
estas malditas cosas

que te olvidaste.

Antenista

Por si decides ascender

y subes hasta las alturas
recuerda que he dejado para ti
marcas de tiza
sobre los frágiles tejados.

Apóyate en ellas, descansa,

respira lo alto

y mira
cómo se extiende y se contrae
la ciudad laboral
para dejar caer sus trampas cruentas.

Sigue, no bajes, busca esa azotea
donde la vida late y opone
dos o tres trucos a las trampas

y vence.


Y mira,

fíjate en la mano que tiende
la sábana o en esa que empuja
la silla de un anciano y busca el sol.
Mira aquélla que extiende antiguos restos
de un bronceador ya otoñado

y cambia el orden férreo de estaciones

y desordena el mundo y lo ordena.

Y las antenas,
y esos cables por los que bajan

los signos intangibles de lo externo
para que luego ascienda
lo que devuelve un corazón -ya sabes-

la soledad, el miedo, esas trampas,

pero también -amigo-
el hueco limpio del amor,
la libertad, esos dos o tres trucos.

¿No sientes que es hermoso, compañero?



Hace un año: Pedro Casariego Córdoba


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19 comentarios:

Anónimo dijo...

¡ Que bonitos poemas! y cuanto sentimientos expresan, me da pena que no tengas tiempo para escribir. El primero creo recordar que lo conocía. Un abrazo, hasta pronto Mam.

Anónimo dijo...

Vamos hombre, donde va a parar, muchísimo mejor cuando nos pones tus cosas que cuando pones las de los demás.

Me han gustado mucho, gracias Enrique. Me ha impresionado el verso, este domingo sin teléfonos, supongo que porque, bueno da igual.

Un beso, Miriam G.

Anónimo dijo...

Nada de disculparte el rollazo. "Gracias" por el rollazo.

Me ha gustado pensar que vamos por la A, eso significa que quedan muchos, muchos buenos poemas por descubrir. Muchas gracias.

Enrique Ortiz dijo...

Gracias, Mam, pero sí tengo tiempo de escribir, pero no se me escurre (los niños dixit) ná de ná. Un beso.

Gracias, Miriam, ese donde va a parar me ha sonado a la peli Amanece que no es poco, cuando la Guardia Civil pilla in fraganti a dos amantes y le dice a él: pero, hombre, cómo que folletear sin caricias, venga, a acariciar a la mujer. Algo más tarde, y de espaldas, pregunta la Guardia Civil a la mujer: ¿Mejor ahora? y ella contesta: Donde va a parar. Jejeje. Fuera coña, muchas gracias por tu generosidad. Un beso, Miriam.

Marsu, gracias a ti. Este libro es largo, bastante, y ha conocido versiones completas, cortadas, semicortadas, ufff. Son muchos poemas. Hay algunos que no pondré porque son malos de solemnidad, pero, sí, queda todavía... Un beso, Marsu.

Pussy Galore dijo...

Enrique, muchas gracias por este regalo, me parece preciosa la idea de las paginas amarillas.
gracias de nuevo, me gustan muchisito.

Enrique Ortiz dijo...

Gracias, Pussy, no sabe cuánto me alegra lo que me dice; desgraciadamente, son poemas antiguos, tienen entre 14 y 12 años, ufff, ya casi tienen edad de fumar. Uu beso, Pussy.

Anónimo dijo...

Estoy con Miriam, sin desmerecer lo ajeno, prefiero cuando nos suelta sus "rollazos".

Y por meter el dedo en el ojo un poco, no quedaria mejor invertir el orden "de un bronceador ya otoñado"? O la rima con "sol" le asusta? :P

Enrique Ortiz dijo...

Gracias, Dr. Zito :) Adivina lo del orden y efectivamente no me gusta la asonancia que se produciría al estar demasiado cerca sol y bronceador. Siempre que puede tiendo a evitar ese tipo de sonidos. Un saludo y gracias :))

Anónimo dijo...

Jejeje.

A ese respecto no tengo una opinion tan definida pero si estoy de acuerdo con que la rima interna es mas elegante, como la de antena/ordena por citar una, que me ha gustado mucho.

MODO DEDO EN EL OJO - OFF

Enrique Ortiz dijo...

Cómo me ha gustado ese off, jejeje. Se trata sólo de evitar cacofonías que puedan afear, nada más, lo que no siempre es posible. Un saludo, Dr. Zito :)))))

Cayetana Altovoltaje dijo...

Me han gustado mucho, los poemas y la idea de las páginas amarillas. ¿Nos pondrás, más, noooo?

Anónimo dijo...

De rollazo nada, preciosos poemas, también la idea. Besos a los tres Ros.

Sergi Bellver dijo...

Sin ánimo de ofender (ya contaré un día de estos algo acerca de mi idea de la ofensa, peculiar, sobre todo), creo que lo mejor de entradas como ésta es precisamente ese "rollazo" previo. Me apresuro a matizar que no me refiero a que los poemas sean peores que la presentación (nada que ver con eso), sino a que a menudo se arrojan ese tipo de poemas en bitácoras de todo pelaje, y tiemblan como gotas de rocío aquí y allá, desnudos, deslizándose por el envés de una hoja (virtual), sin saber si llegarán a tocar el suelo, a ser algo fértil, o se los beberá deprisa el sol del olvido.

El caso es que poner en antecedentes a los lectores (que no "explicar" los poemas), les sujeta a un lienzo, les enmarca en una actitud, y les ayuda a concentrarse en el paisaje que quería pintar el creador.

Disculpa, hoy me explico bastante mal, tengo como resaca, pero creo que se me entiende.

Claro que después un poema ha de matar al padre y vivir su vida... pero a uno le gusta saber de dónde viene la gente que conoce, los poemas que se encuentra.

Para terminar (buff, cuanto hacía que no me pasaba con calma por tu rincón, Enrique -la verdad que con lo de la editorial estoy hasta arriba de trabajo, aunque sonriente y, qué razón tienes, enriqueciéndome a base de trabajar con otras personas... engrosando mi bagaje personal, porque lo que es la cuenta corriente...-), sólo dos cosas, dos fogonazos apenas:

Lo más difícil (o a mí me lo parece) a la hora de escribir es, precisamente, desaparecer del texto y dejarle a solas con el mundo. Es mi batalla diaria y aún me quedan años para ganar esta guerra.

Lo de "hueco limpio" me ha gustado, con tanta mugre que acumula la esperanza de alguien por venir, la nostalgia del ausente, del otro que aún no, que ya no, con tanto polvo que se atercioplea en esas oquedades del alma, conservar el hueco limpio para el otro, para que encaje su mirada, es toda una proeza, una batalla más, sin duda, pero esa es otra historia...

Un abrazo, amigo, y no quiero oir excusas (o te corro a gorrazos), no te apures, ya sé que tampoco te sobra el tiempo y bastante haces con lo que haces.

Jesús Alonso dijo...

Buena idea la de Páginas Amarillas, incluido so orden alfabético y dos muy buenos poemas. Me gusta especialmente el del antenista, me parece muy visual, me dan ganas de coger la cámara y grabarlo.

Anónimo dijo...

Cuántos recuerdos de estas páginas amarillas, es el libro que mejor recuerdo, será porque ya era yo algo más mayor; me entusiasmó antes y me sigue entusiasmando ahora. Gracias por ponerlo.Un beso. Cuti

NB: yo creo que sigues escribiendo, o si no, que es este blog? Os echaré de menos estos días.

Enrique Ortiz dijo...

Caye, espero poner el libro entero; eso sí, siempre que guste y lo quiera el público. Tendría poco sentido ir poniendo aquí cosas que no interesen nada más que al que las pone. Un beso, sidrera.

Gracias, Ros; lo de la idea sirve de poco sino va acompañada de buen resultado. Hay magníficas ideas que sirven para poco. Un beso.

Sergi, no sabes cuánto me alegra leerte por aquí. No diré nada de mi falta :)). Me interesa mucho lo que dices: creo que una de las oportunidades que da este diabólico artefacto es esa: acercar al que lee no sólo los poemas, sino su origen, la historia, etc. Es la ventaja que tiene sobre el libro. En los comentarios del blog se pueden explicar cosas, ampliar, ir más allá del poema que, eso sí, en el libro va desnudo. Un abrazo muy fuerte, amigo.

Enrique Ortiz dijo...

Jesús, muchas gracias por tu generoso comentario. Lo de la cámara nunca lo había pensado, pero, no sé, me parece una buena idea; así que ya sabes, eso sí, el guión lo quiero tuyo, eh :)). Un abrazo fuerte, Jesús.

Cuti, pese al recuerdo, tienen ya muchos muchos años, son antiguos y no sé no sé. Pero, bueno, me echo al barro y los pongo aquí. Un beso.También nosotros te vamos a echar de menos.

Ana Pérez Cañamares dijo...

Hola, Enrique.
Nada que decir, sólo que me han gustado mucho, tiene razón Jesús, era una mirada panorámica desde un tejado, me gusta, me calma, me reconcilia ver la ciudad a esa distancia.

Francisco Ortiz dijo...

Qué buena idea publicarlos aquí, como me gusta el segundo. Un abrazo.

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