jueves, septiembre 20, 2007

Las cosas que me digo: reinventarse a uno mismo

Leía el otro día (en Babelia: enlace) en una entrevista con Claire Messud (su novela Los hijos del emperador pinta fenomal, ya lo comentaré por aquí) que Nueva York es la ciudad perfecta para reinventarse a uno mismo, para comenzar de nuevo dejando atrás posibles errores.

Eso me interesa.

Llevo varios años pensando en un poema en el que un yo reflexivo y narrativo le cuenta su vida a un interlocutor invisible y mudo. Ni que decir tiene que ese yo soy yo, pero con esos trazos que tiene el yo de los poemas, nunca fiel al original, muchas veces, incluso, un personaje de ficción (sobre esto tengo pendiente escribir; fue a propósito de una entrada en el blog de Ana en la que el poeta David González - por cierto, no hay que perderse el poema El rompeolas, de David González, que pone Ana en su blog: enlace - hacía una defensa de un yo poemático como sujeto no ficticio. Pero esto es otra historia e intentaré traerla por aquí)

Como siempre, me estoy perdiendo. A ver si me centro.

Ese poema forma parte de un libro que voy ultimando que se iba a llamar Mudanzas (dejó de llamarse así porque ya hay muchos libros con ese título, con el de Mudanza, etc.) y que no es sino un análisis del cambio a través de los poemas que lo componen. Bueno, no es que todos los poemas hablen del cambio, no; es una especie de pincelada, visible o invisible, que está en todos los poemas.

Pues bien, ese poema largo del libro, en un momento determinado, aborda (luego pueden ser sólo dos versos, una imagen simple, no sé) el cambio que se produjo en mi vida en 1999, cuando pasé de Granada a Madrid. En el fondo, tal vez, había una necesidad de reiventarme y escribo tal vez porque hay aspectos, zonas y cosas de uno mismo que no se terminan de saber hasta muchos años después. Una necesidad de reiventarme, sí, pero el recién inventado fue alguien exactamente igual al que se estaba reinventando. Eso era lo que quería escribir y explicar. Que no siempre sucede aquello que contaban Faemino y Cansado: que te quedas dormido con los walkman oyendo una cinta autoreverse de Cobos y te despiertas siendo un travesti adorador de satán.

Todo esto, además, ya lo escribió Rilke hace unos añitos (quizá el poeta más poeta de la historia, que llega a profundidades tremendas) y de la obsesión por este poema nacen mis desvelos (poéticos) de estos años:


"Todo espacio feliz es hijo o nieto de una separación por la que, asombrado, has de pasar"


Es eso: pero no es sólo separación, también cambio, transformación, suceso.

Eso me interesa.

Pero cuidado: como explicaba Parreño, todo esto de la vida es tan extraño que la felicidad de hoy te puede doler mañana y el dolor de hoy te puede aliviar mañana.

No sé si me he explicado.

Hace un año: Escapada, de Alice Munro


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10 comentarios:

Anónimo dijo...

He sacado mis conclusiones y creo que te he entendido. Hay etapas de la vida que se agotan o se queman y hay que cambiar aunque siga todo más o menos igual, pero el espacio físico en que se desensolvía uno se había vuelto asfixiante, aunque siga siendo la misma persona en cuanto gustos y forma de ser.Un beso .Mam

el loco oficial dijo...

Lo único constante es el cambio dicen...pero existe eso que algunos llaman la continuidad del yo?
respecto a lo que dice Parreño hay un aforismo de Cioran de alguna manera emparentado: "los desastres demasiado recientes poseen el inconveniente de impedirnos discernir su lado positivo".

Miriam G. dijo...

No importa si uno se explica bien o mal Enrique, en tu caso ya sabes que el don de la palabra s� te ha tocado en el reparto. Importa si los dem�s te entienden, y yo que s�lo puedo hablar por m� te digo que s�. Pero ya sabes... Ponferrada-Madrid-M�laga.

Casi me ha quedado como a Machado:
�Este placer de alejarse!
Londres, Madrid, Ponferrada,
tan lindos... para marcharse.
Lo molesto es la llegada.


Un beso, Miriam G.

(Odio a blogger)

Enrique Ortiz dijo...

Gracias, Mam. Si, eso de quemas etapas, pero lo que busco es lo que sigue siendo identico a pesar de esa quema, de ese trayecto, de ese viaje. Un beso.

Gracias, Loco. Por cierto, veras como te gusta Vidas minusculas, es genial.Como me gusta esa cita que pones de Cioran al que, por cierto, no he traido nunca aqui. Un abrazo, Loco.

Miriam, fijate que tino y no recordaba tu triple viaje. Si, cuando digo que no se si me explico es si se me entiende o no, es eso. Y lo mejor de todo es que no conocia ese poema de Machado y voy a buscarlo ahora mismo.Ayysss, ese ya sabes... Un beso, Miriam ¿estas mejor?

Por cierto, disculpad la falta de acentos; el ordenador del curro esta por lo que vale y por lo visto tengo que reinstalar el teclado.

Aura dijo...

Que profético.

Creo que me toca reinventarme a mí misma...

Un saludo.

Anónimo dijo...

Joe, como te has levantado hoy...y sí, sí q te he entendido (cómo no iba a entenderlo?) Un beso. Cuti

Anónimo dijo...

Lo mejor del día: Lapido toca en Granada, en el Albaycín, el 27 de Septiembre, yupi!!!!!!!!!!

Miriam G. dijo...

Y yo no iré... Buaaaaa Buaaaaa.

Sigo Igual Enrique, gracias por preguntar, dolor de garganta, muchos mocos y corriendo a una m�ldita reuni�n del AMPA que he convocado yo, que para algo soy la secretaria en funciones ja, ja, ja. �Qui�n me mandar�a a mi meterme?

Un beso, Miriam G.

Anónimo dijo...

Más vale tarde. Yo creo que también entiendo esas explicaciones: el lío interno y el ir y venir de cada cual.

Buen día...ya el de mañana.

Cayetana Altovoltaje dijo...

Oviedo - Amherst - Oviedo - Amherst - Oviedo - Nueva York - Oviedo - Manchester.
Cada sitio, una vida.
Es difícil el comienzo, pero la experiencia SIEMPRE compensa.

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