Paraíso masculino
Me he reido y mucho con este spot que he visto en El barón rojo (ya no sólo le debo una ronda, Barón, sino varias y una cena con raciones de tamaño gallego): la prensa, convenientemente sustituida por un bocadillo (ummm), la redada de metrosexuales, magnífico.
Ford Falcon
Nuevo disco de Calamaro
A estas alturas, y habiendo hablado de Calamaro aquí en varias ocasiones, no voy a añadir nada nuevo que no se sepa. Con Calamaro me pasa exactamente aquéllo que contaba Benjamín Prado de Pablo Neruda: es muy difícil leer que una cebolla es una "redonda rosa de agua" pero leido en Neruda tiene ese algo especial de enorme poeta y lo admitimos y lo admiramos. Pues eso.
A Calamaro, por una simple cuestión de devoción personal, le admito, incluso, las malas canciones y las regulares. Porque tiene temas tan enormes y redondos, tan importantes, que se tragan esos otros menores. Al fin y al cabo, uno no puede acostarse sólo con altezas serenísimas, que decía alguien.
El nuevo disco de Calamaro, La lengua popular, tiene un poco de todo. El nivel medio, desde luego, es excelente a pesar de algunas canciones algo desvalidas. Después de una travesía en busca de tonos populares, Calamaro vuelve al rock y resulta curioso cómo se ha impregnado su música de ese viaje en pos de lo popular. De hecho, dos de las tres mejores canciones del disco, en mi opinión, tienen trazos y restos de tonos folklóricos de américa latina.
Pongo las tres canciones que más me han gustado del disco: Los chicos, por su rock rotundo y gamberro, acorde con la letra. La espuma de las orillas por su imagen inicial, deslumbrante, y esa música extraña, con ecos andinos, esa especie de tono de lejanía y nostalgia. Comedor piquetero, con esa música verbenera de los vientos, es una soberbia canción. El disco se puede oir y descargar aquí y en este enlace se puede ver el vídeo del primer single.
Calamaro: Los chicos
Calamaro: La espuma de las orillas
Calamaro: Comedor piquetero
En fin, niños y niñas, volvemos al viernes, terminamos semana y comenzamos otoño. A mí, lo del anuncio me ha hecho tener ganas de bocadillos, así que antes o después, durante el fin de semana, terminaré comiéndome uno. No hemos hablado aquí mucho del bocadillo, ese paraíso en la tierra, de su mundo, de sus infinitas posibilidades. Ya lo haremos, digo. Poco más. Bajan las aguas revueltillas en el mundo político y contrasta con la placidez del tiempo y de las temperatura. Parece ser que hoy va a llover (Pongo abajo la imagen del meteosat de la una de la madrugada). Pues que llueva. No seré yo el que le ponga pegas a una buena lluvia en viernes, cuando hay posibilidades de dormir una siesta larga, mientras se oye la lluvia romper sobre los cristales y ojalá que algún truenito, para dormir mejor. Una siesta con tormenta es de lo mejor que tiene la vida. Y si no lo creen, pruébenlo. Como ven, mis deseos (confesables) se orientan a dormir y comer. De los inconfesables nos ocuparemos aquí la semana que viene. Gracias, muchas gracias, y muchos abrazos.
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9 comentarios:
Oye, pues me has hecho feliz, si, ya sabes, con mi eterno Calamaro, lo q daría por un conciertillo suyo...aqui diluvia en este momento, que alegría da oirlo, ya que el norte a mi me ha regalado un magnífico tiempo. Un beso. Cuti
Buena siesta Quique;-) y buen fin de semana.
Totalmente inspirada por su post le sugiero un bocadillo de calamares para el fin de semana :)
gracias por el calamarazo, yo tb. soy un incondicional suyo (aunque a veces pienso que lo escucho demasiado). Pero es una debilidad. Buen finde pues, a mi me espera la antítesis del tuyo: ikea-session y apertura de la feria de la cerveza aunque allí ponen unos bocadillos de asado cerdo de morirse...
Me encanta Calamaro, mil gracias.
En mi pueblo, ahora mismo, está cayendo una chupa de impresión. Truenos, relámpagos, y demás fenómenos meteorológicos. Y yo he hecho gazpacho para comer (con pepino), para despedir el verano...me lo van a tirar a la cabeza.
Lo de los deseos inconfesables para la semana próxima me ha hecho reir, gracias de nuevo. Buen finde.
un bocadillo de entresijos, eso es lo que necesito...
Usted no me debe nada, en todo caso se lo debo yo por tener lectores de su envergadura.
Bueno, a esa ración tamaño gallego puede que no le haga ascos...
Lo siento, pero no puedo con Calamaro. Del anterior album algún me gustaban un par de versiones, pero he intentado escuchar la de la espuma de la orilla y no he aguantado ni 10 segundicos. Se me hace cansino el señor.
Que llueva, que llueva ya. A mí me gustan las tormentas también. De Calamaro no hablo: no me gusta nada ese tipo. Un abrazo.
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