lunes, mayo 21, 2007

Tormentas

La tempestad, Giorgione

Si te detienes y lo piensas, seguramente hay una tormenta importante en tu vida, una tempestad que marcó un momento crucial en el calendario desdibujado de tu corazón, un relámpago que iluminó algo que no sabías, un camino que no tomaste o la orilla dorada de lo que estaba por venir. Si lo piensas, seguramente, existe una tormenta en tu vida.

Titulé mi primer libro que se publicaba Tormenta alrededor de una fotografía; tormenta era algo que forzaba el cambio, ese momento entre la calma inicial y la posterior, algo como ese momento que representa Giorgione en el cuadro de arriba: la tempestad. En él había un poema que hablaba de la tormenta:

Tormenta que todo lo toca
con sus torpes andamios,
tormenta que lo rompe todo
con sus presagios como dagas
lentas que urdiera un tiempo
para la derrota.
Tormenta, al fin y al cabo:
arrebato de musgo
y enfebrecida muerte.

En la historia de nuestra música reciente se me ocurren tres discos: Tormenta de tormento, de Corcobado, de 1991, Tormentas imaginarias de 091, de 1993 (y una canción, Si hay tormenta, que cerraba Debajo de los piedras, de 1988, también de 091) y El amigo de las tormentas, de Surfin' Bichos, de 1994.

Mucho más conocido e interpretado ha sido el tema Stormy weather, de Harold Arlen y del que se podría hacer un juego de las versiones con varias entregas: Sarah Vaughan, Ella Fitzgerald, Frank Sinatra, etc. etc y, sobre todo, Billie Holiday. También se llamaba Stormy weather un película de 1943 que, según leo, iba destinada al emergente público negro y por ello sólo incluía actores de color. Allí, Lena Horne también cantaba el tema.

Sin tener nada que ver con el clásico, Stormy weather es un tema de los Pixies, de su disco Bossanova. También otro de Echo and the Bunnymen.

También se llama Tormenta de verano la soberbia novela de Juan García Hortelano, de 1961, que alguien hizo que asomara en la lista aquélla de las mejores novelas de todos los tiempos (enlace)

Y relámpago sobre el agua se llamaba esa terrible despedida de Nicholas Ray, de 1980, esa especie de película que dirigió bajo sus órdenes Wim Wenders y en la que asistimos a la muerte en directo de Ray, enfermo de cáncer.

Yo voy buscando eso, ese relámpago sobre el agua, ese instante, justo ese instante en el que, en mitad de la tormenta, en mitad de la noche, el relámpago ilumina todo sólo un momento y en ese momento puede verse todo. Es eso, ese momento, ese instante el que busco.

Hace un año y dos días: Forges hoy

Hace un año y un día: Nunca pasa nada, de Del Amitri

Hace un año: 091: ¿Qué fue del siglo XX?


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14 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues creo que esta noche por Madrid habeis tenido varios relámpagos de los que buscas. Aqui ninguno y ni una gotica, nada. El poema precioso, que de tiempo hace. El cuadro una maravilla, lo vi en Venecia, dicen que es el cuadro más enigmático de la historia del arte, hay muchas discusiones sobre el mismo, pena que el autor no nos pueda aclarar nada, quizá solo pintaba, sin más. Un beso. Cuti

Anónimo dijo...

Yo, como tu estoy buscando un poquito de luz de ese relámpago que ilumine, por lo menos un poco, el estado tormentoso actual. El cuadro es una maravilla, el poema lo recordaba menos pero me ha gustado mucho. Besos, Mam.

Anónimo dijo...

Enrique, ¿dónde está The Doors? Tengo una sensibilidad un poco demodé, pero cada vez que oigo tronar, me espero la voz de Jim Morrison. Es como si fuese una reacción automática, de esas que te hacían en los test psiquiátricos, ya sabes lo de a ver qué te sugiere ... perro, pues eso. Tormenta ... Jinetes.

SONIA FIDES dijo...

Enrique en esta crónica de tormentas necesarias echo de menos "Riders on the storm". Creo que esa tormenta nos ha "salvado" muchas veces de la rutina, de lo establecido, de la vida a secas. El resto me ha parecido exacto y necesario. Coincido contigo en la magnitud de esa novela poco conocida que es "Tormenta de verano", y que yo descubrí porque en una de sus ediciones(en Austral creo que era) el prólogo lo escribía la gran Carmen Martín Gaite y como ella decía en otra de sus obras, tratando de descifrar el hilo de su cometa llegue a la cometa del otro.

Saludos.

Sonia.

Anónimo dijo...

Que alegría me da leerte así de enérgico Enrique, en busca del rayo. Yo estoy vieja je, je, je, digamos que lo mío ya es Con la lluvia del atardecer. La luz es lo más valioso de la tormenta, demasiados buscadores de truenos veo.

Un beso, Miriam G.

J. M. dijo...

la tempestad es uno de mis cuadros favoritos de siempre, de los que nunca se acaba de entender el misterio... compré la novela del infame de prada por el cuadro (un folletín sin pies ni cabeza): en mi opinión es casi imposible igualar la atmósfera, dulce y extraña, es un milagro de imagen... por cierto, no sabía que publicaras, en serio. buscaré algo

Anónimo dijo...

Este libro si lo tengo, leido un montón de veces, hasta hay algunas frases subrayadas, creo que igual de escuchado y también bailado (en mis tiempos jóvenes) o más el disco de 091, uno de los cuales creo que me regalastes tú.
Me permito poner una parte de un poema que me llamo mucho la atención la primera vez que leí el libro.

Escribo desde la tormenta
y estoy solo esta noche de Diciembre
de labios agrietados y lentísimos
párpados.
Escribo porque no podría ser
de otra manera el desconsuelo,
porque estoy roto como un siglo
y porque mi húmedo linaje
me obliga al llanto inevitable
de las almohada....

Este libro simplemente me parece una maravilla, Quique, ojalá escribas otro pronto. Besos a los tres Ros.

Pussy Galore dijo...

yo recuerdo una tormenta eléctrica en la playa con mi madre, aún me entran escalofríos... Si supiera, compondría una canción sobre ese momento.
Un beso, Enrique.

Anónimo dijo...

Yo estoy con Ros, más, más queremos más.

Un beso, Miriam G.

Jesús Alonso dijo...

Veo por el tormentoso, que no atormentado, escrito de hoy que los relámpagos siguen iluminándote. A ver si puedo hacerme con un ejemplar del libro. Ayer viví una aparatosísima tormenta junto a mis hijos que seguro que recodarán siempre como una gran aventura. Estuvómos tanto tiempo bajo la lluvia que me dió tiempo a cantar varias veces esa canción que hizo "El Cabero" con letra de Borges que dice que "la lluvia es una cosa que sin duda sucede en el pasado".

Cayetana Altovoltaje dijo...

Me encantan las tormentas con truenos y relámpagos.
Me apunto un montón de cosas que no conocía, y te recomiendo el album "Strings of the Storm" de Elliott Murphy. Grande.

Enrique Ortiz dijo...

Sí, Cuti, por lo visto es un cuadro con mucha historia detrás; a mí me gusta ese fondo y, sobre todo, ese instante que capta, el momento en que todo va a estallar. Un beso.

Mam, esa luz puede mostrar lo bueno y lo malo, pero ese instante de revelación es necesario; ¿qué lo va a dar? No lo sé, quizá un poema, una canción, ese momento en que, de repente, sabes algo. Un beso.

Tienes toda la razón del mundo, Magda, mira que olvidar esa canción (ni demodé ni nada). He escrito, como casi siempre, a vuelapluma, sin pararme a pensar demasiado y he puesto lo primero que me venía a la mente. Pero sí, es un gran olvido. Un beso.

Sonia, gracias, excelente blog ( te sigo ); sí, enorme Martín Gaite; fíjate el otro día el blog de Miguel Angel, el síndrome Chejov, ponía un libro de relatos de una chica muy joven que parece seguir alguna onda de Martín Gaite. Es un buen camino, que nadie ha seguido. Un saludo y gracias por tu comentario.

Gracias, Miriam, por lo de enérgico, jejeje. No sé, una buena tormenta es como aquello de “ansío el terremoto particular que alguien me había prometido” que escribía Pedro Casariego. O como aquel terremoto de Benedetti, que cambiaba las nostalgias de sitio. Un beso, Miriam.

Jose M, gracias por tu comentario. Sí, ese instante, en el cuadro es mágico, es el instante en que todo va a acontecer. Me parece, en ese sentido, milagroso, esa luz… De acuerdo en lo del libro de Prada y sí, publiqué, hace siglos, y lo mejor es que ya ha prescrito ese delito. Un abrazo.

Ros, es un libro muy antiguo, muy inexperto, muy verde que lo mejor hubiera sido que quedara en un cajón; son pecados de juventud y, por tanto, perdonables. Lo leo ahora y, claro, lo veo como muy extraño. Un beso fuerte. Ahhh, Miriam, ya iremos poniendo por aquí algo, ya verás cómo abuso de textos antiguos.

Cómo me gusta ese recuerdo, Pussy y, como ud, me gustaría componer una canción; lástima (o suerte, no sé) que no estoy dotado para la música, pero creo que la forma en que llega un canción es prodigiosa, mejor que un poema, que un libro, que un cuadro… Un beso, Pussy.

Thanks for your comment, Biby. I will try to read your blog with calm; my first impression is that it seems very interesting and cool too, . Deep regards.

Jesús, me encanta eso que cuentas de la tormenta junto a tus hijos; sí, creo que para ellos sería una aventura, eso sí, musicada . Espero que los relámpagos también te iluminen a ti. Un fuerte abrazo, Jesús.

Caye, uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida ha sido de Elliot Murphy, en Granada, en el Planta Baja, él solo, con su guitarra y su armónica, una maravilla. Se me escapa ese tema, que me pongo a buscar como loco. Como a ti, me encantan las tormentas, son un lujazo. Un beso y gracias, Caye.

Asha dijo...

Llevo un buen rato detenida en este post tormentero.
Leo, pienso, releo, y recuerdo..

"Yo voy buscando eso, ese relámpago sobre el agua, ese instante, justo ese instante en el que, en mitad de la tormenta, en mitad de la noche, el relámpago ilumina todo sólo un momento y en ese momento puede verse todo. Es eso, ese momento, ese instante el que busco."

Tan visual ese párrafo y tan vitalmente real.
Es mi día a día esa búsqueda.

Oiga, me impacta.
Abrazo fuerte.

Anónimo dijo...

La tienen en una sala oscura, con una leve luz azul, alla en Venecia.
Uno entra con sumision, casi como en una catedral. Imposible que no impresione.

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